Antes del 10 de diciembre, la Presidenta buscará aprobar proyectos clave en el Congreso, intentará alinear al oficialismo para el ballottage y podría lidiar con fallos adversos de la Justicia en causas sensibles.

Dentro de 28 días, Cristina Kirchner le entregará el bastón y la banda presidencial a su sucesor. El traspaso de mando que se realizará en el Congreso será la última foto de su segundo mandato. Pero antes de dejar la Casa Rosada, la Presidenta tiene varias cuentas pendientes.

La primera mandataria espera aprobar en las próximas semanas proyectos clave en el parlamento nacional que podrían condicionar al nuevo gobierno. También seguirá de cerca el último tramo de la campaña para el ballottage que definirá el nombre de su sucesor y su rol será determinante para que haya una transición ordenada.

Si bien estaba previsto que tendría una despedida en el plano internacional, el Gobierno confirmó en las últimas horas que Cristina Kirchner cerró su agenda exterior y no hará viajes en su retirada del poder. Canceló una reunión con su par de Brasil, Dilma Rousseff , no irá a la cumbre del G-20 que comenzó hoy en Turquía y tampoco podrá visitar al papa Francisco en Roma, tal como se había especulado.

El final del segundo mandato de Cristina Kirchner podría estar salpicado por las novedades que llegarían desde los Tribunales. Habría avances en la causa Hotesur, el expediente que más inquieta al entorno presidencial; se esperan definiciones de la Sala de la Cámara de Casación que trata el caso por la constitucionalidad del pacto con Irán para investigar el atentado a la AMIA y, antes de fin de año, saldría el veredicto en el juicio por la tragedia de Once.

Frente legislativo

El lunes pasado, la jefa del Estado firmó el decreto 2329/2015 para extender las sesiones ordinarias del Congreso hasta el 9 de diciembre próximo, el día anterior a que se concrete el traspaso de mando. La decisión de la Presidenta de prorrogar la actividad en el parlamento dejó en evidencia su interés por avanzar con la aprobación de una batería de proyectos que incluye designaciones en la Justicia, la creación de nuevos organismos públicos y los pliegos de ascensos de las Fuerzas Armadas y de la Cancillería.

Antes del final de su mandato, Cristina Kirchner intentará que el Congreso apruebe varias iniciativas que podrían habilitar el ingreso de militantes afines al kirchnerismo en el Estado. Se trata de los proyectos de reestructuración del área de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social -prevé crear cinco organismos públicos-, los pliegos para cubrir vacantes en el Poder Judicial -incluye nueve acuerdos para fiscales alineados con la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó – y los pliegos de ascensos de militares y de promociones en la Cancillería. Además, el kirchnerismo buscará sancionar la creación de una comisión investigadora de las complicidades civiles con la última dictadura militar.

Si bien no tiene la mayoría necesaria en el Senado ni los tiempos reglamentarios suficientes para el tratamiento de un pliego para juez de la Corte, la jefa del Estado haría un último intento por cubrir las vacantes en el máximo tribunal. Semanas atrás, Cristina propuso a Eugenio Sarrabayrouse y Domingo Sesín.

Frente político

Sin viajes al exterior, la Presidenta seguirá de cerca la contienda electoral que definirá el nombre de su sucesor. Cristina Kirchner dio muestras de que no cederá el protagonismo en la campaña del oficialismo. Tras desplegar una «campaña de miedo» al candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, la mandataria reapareció anteayer en Twitter para atacar al líder de Pro por su promesa de terminar con el cepo cambiario.

Dentro de tres días, Scioli buscará recuperar terreno en el debate presidencial con Macri que organizará la ONG Argentina Debate en la Facultad de Derecho de la UBA. El duelo entre ambos marcará el tramo final de la campaña para el ballottage del 22 de noviembre.

La Presidenta, además, deberá lidiar con la creciente tensión en la interna del oficialismo y «la rebelión» de los caciques conurbano bonaerense que perdieron las elecciones y comenzaron a complicar las transiciones en sus distritos.

Después de la segunda vuelta, será clave el papel que la Presidenta asuma para encarar la transición presidencial. ¿Pondrá obstáculos en el camino de su sucesor a la Casa Rosada y se mostrará abierta al diálogo para garantizar que haya un traspaso ordenado?

Frente judicial

La salida de Cristina Kirchner de Balcarce 50 podría estar signada por el avance de causas judiciales que inquietan al Gobierno. El oficialismo tiene varios frentes abiertos en los Tribunales. Antes del 10 de diciembre, podría haber novedades en el caso Hotesur , en donde se investiga a la Presidenta y a sus hijos por supuestas maniobras de lavado de dinero; se esperan definiciones en la causa por el pacto firmado por la gestión kirchnerista con Irán para investigar el atentado a la AMIA y podría dictarse la sentencia en el juicio por la tragedia ferroviaria de Once, que involucra a ex funcionarios kirchneristas.

Tampoco se descarta que antes del 10 de diciembre el Gobierno sufra un nuevo revés de la Corte Suprema. El máximo tribunal le ordenó anteayer a la petrolera YPF que haga públicas las cláusulas secretas del contrato millonario firmado en 2012 con Chevron para la explotación de Vaca Muerta, en Neuquén.

Según pudo saber LA NACION, los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda podrían resolver antes del recambio presidencial el planteo de inconstitucionalidad sobre la ley de lemas, que fue utilizada por el kirchnerismo para garantizarse la gobernación de Santa Cruz en los comicios de octubre pasado. El fallo de la Corte saldría antes o después del ballottage y en caso de ser adverso, frenaría la proclamación de Alicia Kirchner (Frente para la Victoria).

Frente externo

La jefa del Estado no tendrá una despedida en el exterior, tal como estaba previsto. Luego de que Máximo Kirchner fuera intervenido por un absceso hepático en una clínica de Recoleta, el Gobierno informó que la Presidenta no viajaría esta semana a Turquía para participar de la cumbre del G-20 y que enviaría en su lugar al canciller Héctor Timerman y a los ministros de Economía, Axel Kicillof , y de Planificación Federal, Julio De Vido . De esta forma, quedó frustrado el deseo de la mandataria por hacer una escala en Roma para mantener un nuevo encuentro con el Papa.

La Presidenta también canceló el encuentro bilateral que tenía previsto mantener con su par de Brasil, Dilma Rousseff, en Foz de Iguazú y decidió enviar a Amado Boudou a la cumbre de presidentes que se hará en París, Francia, para tratar temas vinculados al cambio climático.

Fuente: La Nación