Mauricio Macri anunció este jueves que quiere convertir una parte de Campo de Mayo en un Parque Nacional urbano y la idea desató enseguida el enojo de algunos representantes de organismos de derechos humanos, que buscan frenarle el proyecto.

Macri fundamentó el proyecto en el «derecho a vivir cerca de un lugar verde» y aseguró que su gobierno amplió la superficie de los parques nacionales con la inauguración de uno en El Impenetrable en Chaco, los Iberá en Corrientes, Aconquija en Tucumán y Mar Chiquita en Córdoba.

Desde el Congreso, Horacio Pietragalla manifestó que antes de parque Nacional en Campo de Mayo, hay que rastrillar el predio por si están los restos de los desaparecidos o los desaparecidos de la Tablada.

En tanto la representante de la Correpi, María del Carmen Verdú, ironizó la frase del presidente diciendo que el parque será «para que las familias disfruten». Se preguntó: «¿Será temático? ¿Jurassic Park, con los dinosaurios que está mandando de las cárceles a sus casas?».

La polémica está lanzada y prevé una dura lucha de los organismos de DDHH.