La derogación de la Ley Cerrojo que impide acordar con los fondos buitres, altera los frágiles acuerdos al interior del PJ según analistas nacionales. Los salteños ya se anotaron entre los que ayudarán al macrismo a eliminarla.

 Según Ámbito Financiero, la tregua precaria y volátil que el peronismo ató el miércoles en Obras Sanitarias enfrentará en marzo uno de sus peores fantasmas porque el PRO apurará la derogación de la «ley cerrojo», lo cual haría implosionar la unidad de cotillón que dibujó el PJ.

 El miércoles, en el Congreso del PJ, el tema «buitre» irrumpió en el debate a partir de una moción de sectores K (que no llegó a tratarse) para que el plenario partidario ordene a sus legisladores no votar ningún endeudamiento que sea para cancelar pagos con los holdouts.

 Allí el jefe de los senadores del Frente para la Victoria explicito la necesidad de apoyar la iniciativa de Macri, aunque fue abucheado y finalmente no se tatao el tema. De todos Juan Manuel Urtubey ya anuncio que está a favor de esa derogación.

 Ayer, el interbloque Cambiemos juntó a sus 91 diputados para perfilar los movimientos luego de la apertura de sesiones del 1 de marzo. La juntada la encabezaron Monzó, el radical Mario Negri, Nicolás Massot del PRO y Elisa Carrió. «Estoy casada con Macri y no me voy a divorciar» dijo la diputada, lookeada con extravagantes lentes espejados. El punto central fue, justamente, ordenar los pasos para derogar la «ley cerrojo» (ver recuardo aparte).

 En paralelo, un scrum K salió a cuestionar la postura de los peronistas que, encabezados por Pichetto, encarnan la postura acuerdista con los «buitres». Un puñado de alcaldes, entre ellos Francisco «Paco» Durañona, de San Antonio de Areco, y Jorge «Coqui» Capitanich, de Resistencia, se oponen a derogar la «ley cerrojo». Patricio Mussi, de Berazategui, y Jorge Ferraresi, Avellaneda, están en la misma trinchera.

 La posición que gobernadores y legisladores tomen en torno al proyecto del PRO amenaza con romper todo dentro del PJ. José Luis Gioja nada dijo, todavía, al respecto. El sanjuanino es diputado y debe atender la demanda de su provincia, donde dejó como sucesor a Sergio Uñac, mientras se perfila para encabezar la lista de unidad del PJ ante lo cual debe hacer equilibrio.

Si, como se anticipa, los bloques del FpV/PJ votan divididos y las fracturas se hacen más visibles, a Gioja le resultará más complicado mantener el protocolo de la unidad partidaria. El cierre de listas es el 8 de abril, y la discusión legislativa sobre la «ley cerrojo» estallará en marzo en medio del armado de la lista de unidad. Otra vez, ante eso, volverá el riesgo de la intervención judicial del partido.