“Salta tiene un alto indice de morosidad” – dijo Pablo Outes  luego de que la Agencia de Recaudación Municipal, quedara bajo su tutela. Habla también del ajuste provincial.

La firma del Pacto Fiscal entre Nación y Provincia, pone a los municipios en estado de alerta. Para muchos, ya no hay lo que se daba, y otros piden claridad y respeto.

El resultado electoral adverso para el partido gobernante, desnudó una realidad desconocida hasta el momento. El cambio de gabinete decidido por el gobernador Juan Manuel Urtubey, no solo trajo nuevos personajes (algunos reciclados) sino que nos pintó otra realidad distante a la que se admitía: una provincia con las cuentas en rojo y un déficit de $4.000 millones.

Salarios de funcionarios congelados hasta fines del año que viene, reducción de las estructuras del Estado, relevamiento exhaustivo de los empleados públicos y sus funciones, suspensión de nuevas designaciones. Son algunas de las medidas de ajustes encaradas de manera casi forzada por la mirada inflexible de los funcionarios nacionales abocados a que las metas se cumplan, bajo pena de perder fondos.

No por nada, el presidente Mauricio Macri advirtió: “Lo que firmamos es para cumplirlo” y es así como el gobierno provincial, se encuentra también abocado a promover la jubilación de empleados públicos y ofrecer un plan de retiro voluntario para los empleados de planta permanente.

Quienes no cumplan, no recibirán los que le corresponde del Fondo Federal Solidario que son las retenciones de la soja que se comparte con las provincias. El gobierno federal tiene 130.000 millones de pesos al año de transferencias a las provincias entre gastos corrientes y de capital que en cierta medida dependen del cumplimiento del Pacto Fiscal, y por eso el recorte no se detiene allí. El decreto de Urtubey prohibíó además, el pago de comidas a quienes trabajen fuera de horario y suspende hasta el último día de 2018 cualquier aumento en los viáticos y la compra de bienes de uso con fondos provinciales. También dispone congelar hasta fines del año que viene el gasto en publicidad oficial, y suspender el uso de autos del parque automotor del Poder Ejecutivo provincial por fuera del horario de 8 a 18.

¿Y la Capital?

Del otro lado de la moneda, el municipio capitalino, se autorige como un Estado ordenado y sin deuda, aunque no deja de advertir que “con los límites que tenemos todos, ya que no somos una isla. Los municipios y el país no está atravesando una buena situación”.
Consultado sobre si el ajuste de la provincia puede llegar a afectar al municipio, el Coordinador de Intendencia Pablo Outes, responde en sentido afirmativo y señala: “El municipio termina siendo parte de esto, hasta ahora no hay mucha claridad. Nosotros tuvimos un buen diálogo con el Jefe de Gabinete de la provincia Fernando Yarade, pero la verdad es que el día después de las elecciones, en que descubrimos que la provincia estaba fundida, fueron los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, que la provincia ha tenido muchos apuros y los está logrando manejar, pero siempre en base a ajustes”.

Inmediatamente Outes se despegó no solo de la situación financiera del gobierno provincial, sino también respecto a las medidas de extremo ajuste instrumentadas: “Nosotros los acompañamos en todo lo que podemos, porque tenemos una buena disposición y se ha generado un estado de disposición de la provincia hacia el intendente”- señalo.

El funcionario de máxima confianza del intendente Gustavo Saenz lanzó una advertencia: “Esto si nos va a afectar, no hay forma que a la provincia le vaya mal y al municipio le vaya bien.  Pero queremos las cosas claras, nosotros no hemos duplicado ni triplicado la planta de personal, hemos sido bastante austeros en lo que es el gasto, entonces nos sentimos con la obligación de plantear esto al gobernador y también de exigir que se nos respete y no se nos arrastre en el ajuste”- y recordó- “A nosotros nunca se nos regaló un peso, no se nos hicieron adelantos. Hemos tenido que ser bastante exigentes para con nuestra administración y vamos a tratar de que no se nos arrastre en el ajuste. Que el ajuste pare donde tiene que parar, que el que tenga que pagar los costos sea el que llevó adelante los gastos, y no nosotros que llevamos el municipio de forma ordenada y clara”.

La recaudación en manos de Outes
En la última semana, se dió a conocer la delegación instrumentada por el intendente Sáenz para que ARMSA, la Agencia de Recaudación Fiscal municipal, pase de Hacienda, a manos de Pablo Outes en su condición de Coordinador
ARMSA está abocada a la ejecución de la política tributaria: determinación, fiscalización y percepción de los tributos, accesorios e ingresos no tributarios, y valuaciones de inmuebles.

Consultado Outes sobre la decisión que lo pone en cuanto a control y funciones, muy por encima del resto de los funcionarios municipales, prefirió minimizar lo que estimó “responde a opinión de medios o linea bajada por sectores políticos que están bajando cosas que no existen”.

Y se ocupó de aclarar que “la relación con el Secretario de Hacienda (Pablo Gauffin) es perfecta. La idea es darle mas agilidad a la Agencia de Recaudación, ya que la ciudad de Salta tiene un altísimo potencial para crecer y tiene deficiencias en materia recaudatoria. Aclaro en qué sentido, porque estamos en tiempos en los que todos los tributos aumentan. Nosotros no estamos hablando de eso. Salta Ciudad, tiene un alto indice de morosidad, y nosotros tenemos la concepción de que si cada uno paga lo que tiene que pagar, este municipio tendría una autonomía total y podría brindar muchos mas servicios.

La idea es que el ciudadano se tiene que concientizar, y para eso, es necesario llevar adelante una política sistemática y ordenada, haciendo entender a la gente que para vivir en un estado de comunidad, con buenas condiciones, cada uno tiene que ser responsable de lo poco que tributa. En Salta hay gente que dispone de inmuebles en el centro y pagan $300 por año- dijo a manera de ejemplo- lo que yo digo, no quiere decir aumentar, sino incorporar a que paguen sus tributos todas las personas de la ciudad. De esa forma vamos a vivir bien”.

Con enunciado, puede sonar un tanto utópica la meta a seguir, y por eso fue consultado sobre qué política se llevarán adelante para conseguir los objetivos, a lo que Outes delineó: “Vamos a tener políticas mas sistemáticas, mas continuas. Entendimos que desde la Coordinación de Intendencia es el lugar donde lo vamos a manejar mejor. Aquí en Salta hay muchísimas necesidades y falta de inversión histórica, de envergadura, seria, desde hace décadas, porque prácticamente se entendía que asfaltando calles y pagando los sueldos al día, la obligación municipal terminaba. Salta necesita de obras importantes sino se va atrasando. Si uno recorre Jujuy, Santiago del Estero, Tucuman o Formosa, vemos que Salta ha quedado atrasada; entonces, un Estado municipal eficiente nos va a permitir estar a la altura y poder dar respuestas serias”.

Outes diferenció el municipio con la provincia al destacar: “La recaudación es una de las partes, en la decisión del intendente de lograr mejores indices de cobranza, no basados en el aumento de tributos. Porque hemos tenido muchos conflictos en los últimos meses cuando para tapar algunos problemas que el estado tiene o algunos saldos rojos, se aumenta la presión tributaria, nosotros no tenemos el mismo criterio y creemos que en eso esta equivocada la provincia. Nosotros vamos a buscar la forma, no es fácil, de que la base tributaria se aumente, que todos los ciudadanos este convencidos que sus impuestos los tiene que pagar todos los meses porque así la ciudad va a estar mejor. Hacienda podía llevar adelante esta tarea pero se demoraba. Los gobiernos tienen cuatro años y nos veníamos demorando por eso la cambiamos, y la voy a mejorar yo».