Se encuentran en un peligro, social y ambiental. Es la zona más poblada en los últimos tiempos y con serios riesgos por sobre todo en la juventud precarizada. Además, del impacto negativo de la crisis desatada por el COVID 19, arrastra problemas de todo tipo, entre ellos el ambiental. Un informe de la empresa Agrotécnica Fueguina muestra una fotografía del sector más bajo de la pirámide social salteña.

La zona sudeste suele ser retratada como un área de conflicto. Tiene un constante crecimiento demográfico y la vida es complicada, de verdad. Unas 200 mil personas viven en esta porción de la ciudad amontonada en los barrios Democracia, Solidaridad, Justicia y Norte Grande. Una realidad palpable no muy lejos del centro, tan profunda y compleja que deja en evidencia la precariedad social de Salta.

Con o sin el Coronavirus, la zona sudeste es una bomba de tiempo, y en particular los sectores cercanos al vertedero podrían tener efectos devastadores para los vecinos. Virus y bacterias de todo tipo se hacen la fiesta en el lugar.

Una bomba de tiempo 

Según un estudio realizado por la empresa Agrotécnica Fueguina sobre el Vertedero y su influencia en los barrios en la zona sudeste, hay una población aproximada de 26 mil personas.

Dividen una zona de influencia indirecta, que incluye a los barrios más alejados como Solidaridad, y las de influencia directa por el impacto en las condiciones de vida y ambientales, como el barrio Justicia.

La publicación señala que en la zona de influencia indirecta, más cercana al Vertedero, la franja etaria que mayor población tiene es la de entre 30 y 40 años. Casi la mitad de la población, en rigor, el 40% de la población se encuentra comprendida entre esa franja. Otro 30% está representado por las personas que tienen entre 20 y 30 años, luego vienen los niños, y hay una existencia de poca población de 50 años para arriba.

El aspecto socio-económico se caracteriza: en primer lugar la franja de ocupación de la zona la tienen los comerciantes; después se encuentran los desempleados y en tercer lugar los trabajadores independientes. Estos últimos tienen una gran representación en enfermeros, policías, empleados estatales y amas de casa.

Los vecinos perciben que el vertedero es un foco infeccioso: dicen que el vertedero contamina, trae malos olores, les trae ratas, hace la vida insoportable, una nueva trinchera va a generar que haya más trabajo, una nueva trinchera va a genera que haya más “cirujas”, va a haber más trabajo para la gente, la gente va a comer al vertedero».

Sin embargo, en las conclusiones del trabajo, la antropóloga Gabriela Mercedes Toro Aldunate, que ha realizado la investigación, sostiene que las opiniones negativas no se sustentan en causas ciertas, es decir, concluye interesadamente a favor de la empresa, al invalidar el cuestionamiento debido a la poca formación de las personas.

Es hora de devolver

Hay un par de poderosas empresas que para muchos tendrían que ser olvidadas entre tanta urgencia, y una de ellas es Agrotécnica Fueguina.

Hija de la gestión Pontussi, la empresa que desde fines de los 90 (*) tiene el contrato más oneroso con el municipio y tareas sumamente importantes en el cuidado de la higiene y la salud, tendría que ser una de las principales colaboradoras.

El servicio de higiene urbana en Salta Capital comprende «la recolección de residuos domiciliarios; recolección diferenciada en los barrios asignados por la municipalidad; barrido manual y mecánico; mantenimiento de espacios verdes; mantenimiento de imbornales; limpieza de algunos canales (Esteco, Constitución, Vidt, Chartas, Saavedra, y Astigueta); mantenimiento de peatonales; la disposición final de los residuos sólidos urbanos recolectados”, según la directora de la empresa Lucía Barcia, comentó en el sitio Salta 12.

Con tamaña responsabilidad mínima mente la próxima semana tendría que fumigar en los alrededores de los focos infecciosos que mencionamos.

No hay empresa que se salve en una sociedad que no se salve. Es una premisa que debería tener en cuenta nuestra lucida intendenta y Pablo García  el gerente general de AF. Para empezar la intendenta Bettina Romero ya dio muestras de respeto al entregar utensilios a los empleados.

Cuando la limosna es grande…

Se conoció en la semana que la empresa Cerámica del Norte sería una de las que aportaría al «fondo solidario» creado por el gobierno para hacer frente a los gastos en la emergencia sanitaria.

No es la primera vez que la firma de la familia Soler, realiza una donación al Estado. Cabe recordar que en 2017 donó al municipio capital 14 hectáreas colindantes al vertedero San Javier.

Las  tierras inhabitables, con escombros y basura, fueron cuestionadas  desde un principio por ser un pasivo ambiental. Es que se trata de un terreno que la cerámica utilizaba para obtener arcilla y que ya no se puede explotar, dado que el material fue extraído en su totalidad.

La empresa debería resarcir el pasivo ambiental que dejó durante su actividad. En lugar de ello, la firma optó por regalar el terreno al municipio para que éste, a su vez, lo deje en manos de Agrotécnica Fueguina.

Otra empresa que se anotó para donar es Metalnor, una firma conocida en la zona sudeste. Los vecinos sufren ruidos intolerables de la  compactadora de metal, malos olores por quema de cable y ratas de gran tamaño que buscan comida en las casas circundantes. A todo eso,  se suma el riesgo que significa acumular chatarra.

Si bien todavía no ingresó el monto de las mencionadas, lo cierto es que existe el compromiso y esperemos que sea un número significativo. Aunque claro está que la sociedad de se debe una reflexión al respecto.

Apuntes sobre AF

En el ambiente de los negocios vinculados al transporte de carga y la recolección de residuos, a la firma que opera en Salta (*) se la suele vincular a Covelia. No sólo por una cierta familiaridad cromática entre esta firma que presta servicios en la región centro de nuestro país, como por su vinculación a figuras poco conocidas y a las que la fantasía popular suele imputarle el rol de tapaderos de inversores más poderosos. 

Por caso, esta similitud en los colores usados por Agotécnica Fueguina y Covelia es un detalle de color más, ya que a la segunda de las mencionadas un sector importante del periodismo metropolitano supo vincularla con el sindicalista Hugo Moyano. Pero poco tiempo atrás, según se dijo en aquellos reductos, habría sido vendida a Ricardo De Presbiteris. El flamante propietario es otro que viene de tener un ascenso vertiginoso, luego de desempeñarse por años como chofer de dos reconocidos líderes del sector recolección de residuos, apellidados Patiño y Álvarez. 

De estar en el ajuar que más guardaba Hilda González de Duhalde a los trascendidos que se contaba en el patrimonio del ex líder de la CGT y también presidente del Club Independiente de Avellaneda, los colores y los verdes que son susceptibles de compartir como objetivos Covelia y Agrotécnica Fueguina son indicativos sobre el tremendo poder de presión que ofrece a sus titulares. Sean quienes sean.

Los residuos y las enfermedades

En relación a esta problemática, el consultor Juan Carlos Ghioldi (*) explicó que “en el caso de esta Pandemia del Coronavirus, no cambia mucho. Por supuesto que con o sin el Coronavirus, el basural a cielo abierto es una bomba con efectos devastadores. Un basural a cielo abierto es el lugar donde podés encontrar virus y bacterias de todo tipo que pueden trasmitir enfermedades a cualquier humano. En el caso del dengue, es un lugar con la humedad ideal, para que los mosquitos depongan sus huevos y nazcan y crezcas las larvas. Más allá de esto, podés encontrar otro tipo de vectores de otros virus, un claro ejemplo son las ratas y no nos olvidemos que, de esta especie, el ratón colilargo es el agente portador del Hanta Virus”. 

Mientras, en relación a los basurales y el uso de membranas, JCG le dijo a “Cuarto Poder” que las últimas “sirven a impermeabilizar la superficie donde se hace la deposición final o temporal de los residuos sólidos urbanos. Si no se utilizan las membranas, los líquidos lixiviados que son parte del residuo orgánico, por lo tanto altamente contaminantes, filtran a través del terreno y terminan por contaminar las napas de agua”.  

En proyección, Ghioldi recomendó tener en cuenta que cada “solución va evaluada en cada situación, en cada área metropolitana, los residuos cambian de acuerdo a las clases sociales, a las condiciones económicas y culturales. De todos modos puedo decirte que en este momento, el objetivo principal sería el de ´dejar de seguir alimentando los basurales existentes´. Haciendo una importante campaña de concientización del ciudadano, de los operadores del sector como los recolectores, los funcionarios municipales, para llevar adelante una recolección diferenciada, crear pequeños centros de separación de residuos, y puntos donde lavar, compactar los distintos tipos de residuos de acuerdo a sus características y cantidades. Todo esto es comercializable. Siempre repito una frase, en cualquier país donde me toca trabajar: Los residuos no son un problema, son un recurso”.  

(*). Juan Carlos Ghioldi, consultor ambiental, especialidad en Energías renovables, Eólica, Solar, Fotovoltaico y biodigestión anaeróbica. Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos. En 2.009 trabajó para la firma PROMECO, en Palermo (Italia), fabricante de plantas de tratamiento de residuos.