Urtubey sigue concentrado en su lucha por la conducción del PJ nacional. La prensa política del país lo tiene como blanco de análisis y lo visualiza como un candidato firme que, sin embargo, sufre reveses y criticas de otros gobernadores. (R.M.)

No sería ocioso, para el salteño interesado en la política, analizar la lucha de Juan Manuel Urtubey por conducir el PJ nacional a través de ojos externos. Acordemos que esos ojos externos son los de la prensa nacional que ve a un Urtubey con claras pretensiones de conducir el peronismo, una estrategia que consiste en generar dos bloques bien delimitados: uno K y otro peronista encabezado por los gobernadores de ese partido; y un enunciado furibundo contra el “cristinismo” a quien consideran acabado después del 10 de diciembre.

La semana no fue buena para el salteño en los dos últimos puntos. En primer lugar porque en el famoso almuerzo que la presidenta protagonizó el martes con varios gobernadores, dejó en claro que sigue activa y que pretende seguir estándolo cuando deje su cargo actual. Aunque todos admitieron que la sobremesa fue tensa hasta más no poder, Cristina Kirchner impuso lo que quería: ubicar a Héctor Recalde como jefe de bloque de los diputados nacionales y a Patricio Etchegaray en la Auditoría General de la Nación.

Urtubey no participó de ese encuentro y el columnista de Clarín, Julio Blank, informó que la ausencia provocó que otros gobernadores apuntaran que “siempre fue más fácil criticar sin Cristina delante”, o que el salteño evita la lucha “allí donde el fuego arde”. No obstante, lo peor de ese almuerzo para Urtubey fue otra cosa: su estrategia de ir generando un bloque bien delimitado sufrió un revés porque ese día ocurrieron dos cosas: todos accedieron a los pedidos de Cristina y dos de los doce gobernadores justicialistas (el chaqueño Jorge Capitanich y el formoseño Gildo Insfrán) se reunieron un día antes con la presidente para acordar los términos del acuerdo que se selló en el almuerzo.

El revés no alejó al salteño de su plan de operaciones. Eso lo dejó en claro cuando dos días después volvió a arremeter contra el kirchnerismo. Eligió bien el escenario para hacerlo: la provincia de Córdoba, donde el balotaje dejó en claro que todo discurso anti K suma. “El salteño hace su juego”, enfatizo Clarín que junto con el diario La Nación se inclinaron decididamente por Juan Manuel Urtubey y celebró sus declaraciones cuando denunció que Cristina “trata de complicarle las cosas” a Macri, ensucia el proceso de transición y “no asume que se perdió” la elección.

Por el lado de las tensiones futuras que pueden haber entre el propio Urtubey y Jorge Capitanich, el primero está seguro de contar con una ventaja: Capitanich es uno de los gobernadores que dejará su cargo el próximo miércoles para asumir la intendencia de la ciudad de Resistencia. Cuando esto ocurra, piensa Urtubey, las pretensiones del chaqueño quedarán en un plano inferior al suyo.