La sed se acabó. El progresismo salteño está de luto porque el ajuste se cobró una nueva víctima que da de lleno en el corazón de la vanguardia latinoamericanista local. 

Lo llora toda la Facultad de Humanidades de la UNSa. Los días jueves 27, viernes 28 y sábado 29 serán las últimas noches del bar de la Balcarce que supo abrigar y cobijar a progres, intelectuales trashumantes y deconstruidos de todo rango. «El Zumba» lo anunció a través de su fan page en Facebook: «El Zumba se va… detrás de un beso nuevo».

Aunque no deja muy en claro si el cierre supone en realidad un traslado, la progresía local ya abraza nostalgias y recuerdos.

Tampoco se comunicó el motivo del cierre, como sí lo hizo esta semana el Bar «La Musa», quien apuntó a la crisis económica y los altos impuestos con los que cargaba el local.

Desde el entorno de «El Zumba» trascendió que, además de la crisis económica, la merma del consumo y la asistencia está muy vinculada a factores «de criterio» como el abuso de consignas del estilo «y esta sed que nunca se acaba…» o la constante apelación a la Bersuit, Calle 13 y otras bandas de cumbia para no-cumbieros.

«Me voy a dormir y sigue sonando ‘Negra Murguera‘ en mi cabeza hasta el otro día» confesó un ex-empleado. «Veo pulloveres de llama por todos lados, todo el tiempo» señaló otro.

Playlists extremadamente acotadas y repetitivas, sumadas a recursos «anímicos» un tanto trillados como balancear focos durante canciones de Los Piojos, terminaron por desgastar la propuesta, dicen los especialistas.

Sea como sea, el corredor Balcarce pierde después de 20 años de funcionamiento a uno de sus más importantes bares, dejando un tendal de nostalgias y echando a la errancia a más de un noctámbulo.