John Hartwell Cocke Johnston está siendo juzgado junto a su exesposa por homicidio agravado por la relación de pareja preexistente y por el género en grado de tentativa.

-Llamá a la policía, mi papá quiere matar a mi mamá

La dura frase la dijo la menor de edad hija de John Hartwell Cocke Johnston (70) dueño del imponente castillo de la villa veraniega de San Lorenzo en el momento en que con apenas 10 años logró sacarle una fotografía cuando su padre se encontraba de rodillas sujetándola a su madre. Era un 26 de febrero del 2020.

La imagen que fue publicada en diferentes portales de noticias se convirtió en la prueba clave para que Laura Valdés pudiera realizar la denuncia contra el progenitor de su hija porque en esta provincia los relatos de las víctimas no bastan para que se les crea, sobre todo para que funcionarias/os judiciales crean.

A ojos de su propia hija y de su madre el septuagenario tras una discusión por el pago de la cuota alimentaria quiso matar a la mujer con ayuda de su exesposa imputada como participe necesaria.

El día en el que se produjeron los hechos Laura junto a su hija se dirigieron al castillo luego de una llamada telefónica que mantuvo con John. En el lugar empezaron a discutir y el hombre de nacionalidad estadounidense la tiró al piso y la redujo con sus piernas mientras la agarraba del cuello. Aunque el castillo poseía instaladas 8 cámaras de seguridad en su predio, ninguna de ellas se encontraba justo donde ocurrieron los hechos. Por lo tanto la única prueba fílmica con la que se cuenta es la fotografía que ilustra el momento de máxima violencia.

Se dice de mí

La mujer que denunció al propio padre de su hija declaró que en otras oportunidades el hombre la había violentado, que por su consumo asiduo de alcohol había tenido que atravesar varias situaciones de violencias y que finalmente por eso decidió separarse de él, aunque jamás le negó el contacto con su hija.

En declaraciones con este medio la mujer relató que le parecieron extraños los testimonios citados por la defensa de Johnston. Se trata del médico legal de la Policía Dante Pastrana y de Cesar Ontiveros, suboficial principal de la Policía de Salta. El primero declaró porque supuestamente fue quien revisó a la mujer luego de los sucesos y el segundo fue quien arribó al castillo luego de llamados al 911 por parte de la exesposa de Johnston.

Según indicó Valdes, no recuerda haber sido revisada por este médico. Mientras que del oficial la mujer señaló que éste declaró que ese día solo arribaron al lugar el y una oficial femenina más, quien conducía el patrullero, negando a un tercer oficial que se quedó en el castillo, mientras a ella la llevaron en el patrullero hasta la dependencia de San Lorenzo.

Durante el tercer día de audiencia declararon psicólogas y una psiquiatra del CIF quienes realizaron pericias tanto a los imputados como a la víctima.

Las profesionales coincidieron en decir que la mujer posee un rendimiento intelectual y cognitivo superior al término medio y que puede recurrir a la “actuación” y a la “teatralización” en su relato.

La mujer sin embargo detalló que le llama la atención que tanto psicólogas como psiquiatras utilicen los mismos términos y que sin embargo no sean palabras netamente técnicas de su profesión. Por otro lado no tuvo acceso por falta de recursos a sus propios peritos, sumado a que ambos imputados se negaron a la realización de pericias psiquiátricas realizadas por el Poder Judicial.

Lxs imputadxs

John Hartwell Cocke Johnston y su ex esposa y madre de dos jóvenes María Eugenia González Henríquez (56) se abstuvieron de declarar pero se leyeron las declaraciones realizadas en sede de fiscalía. Ambos relatos, que no concuerdan con los de la víctima señalan que fue la mujer quien se apersonó en San Lorenzo e inició la discusión.

Johnston aseguró que no tenía intención de lastimar a la madre de su hija. Dijo que ella tomó una piedra y la arrojó contra un vidrio de la puerta. Sostuvo que la menor estaba cerca y que corría peligro de lastimarse. Aseguró que su expareja es una mujer fuerte, más joven y que él tiene problemas de movilidad en las manos. Continuó relatando que ella tomó otra piedra y decidió parar la agresión empujándola. Ella cayó pero –aseveró el acusado- él nunca le tocó el cuello.

Este relato sin embargo queda desvirtuado con la misma fotografía en donde se lo observa con sus manos en el cuello de la víctima.

Testimonios de la violencia

Durante el tercer día de audiencia declaró la hermana de la víctima quien no solamente recibió la fotografía que la niña le sacó a sus padres sino que además alertó al 911.

La mujer relató que el día de los hechos a la noche mientras estaba durmiendo recibió el llamado de su sobrina en un estado alarmante diciendo “Llamá a la policía, mi papá quiere matar a mi mamá”. La testigo señaló que jamás había escuchado a la niña en ese estado e inmediatamente llamó a la policía. Describió que al día siguiente su hermana regresó a El Bordo donde viven y que se encontraba con una afonía completa, con lesiones y golpes visibles tanto ella como su hija.

Detalló además otra situación de violencia que ella vivenció por parte de Johnston contra su hermana.

Niegan la violencia

Durante las audiencias de juicio las dos hijas mayores de Johnston se encuentran presentes en la sala acompañando a sus mapadres. A días de que comience el juicio difundieron una carta en donde aseguran que son inocentes. Durante las declaraciones de testigos sentadas atrás de su madre y su padre se las ve hacer gestos varios e incluso intimidantes contra la denunciante.

El juicio unipersonal está a cargo de la jueza María Gabriela González. Por el Ministerio Público interviene la fiscal de la Unidad Especializada en Femicidios, Mónica Poma. La defensa de los dos imputados está en manos de José Fernando Teseyra. En la querella y actoría civil interviene Pedro Arancibia.