Un breve pero revelador informe confirma que la burocracia administrativa y política ocupa más recursos de los que debiera en la UNSa conducida por los contadores Víctor Claros primero y Antonio Fernández ahora. (Gonzalo Teruel)
El documento, elaborado por la corriente estudiantil La Mella – Patria Grande y presentado este viernes por los docentes Eduardo Díaz de Guijarro de la UBA y Rubén Correa, de la UNSa, revela un pernicioso esquema de ingresos y egresos dinerarios que afectan a la educación superior en Salta.
“Según el Presupuesto 2016 Resolución 240/16, la UNSa cuenta con un total de $972.806.821, provenientes de aportes del Tesoro Nacional (90%), de las Economías de Inversión (7,5%) y Recursos Propios (un 2,5%)” puntualiza el informe y detalla algunas de las principales partidas a las que se asignan esos recursos: Comedor Universitario Estudiantil $9.250.000, Investigación $25.010.000, Extensión $350.000, Becas del Estado Nacional $20.805.150, Deportes $180.000, CIU 2016 $3.587.563, Pueblos Originarios $172.000, Centros de Estudiantes $152.000, y Concursos Docentes $1.000.000.
Pero, de inmediato, muestra que “sólo en sueldos de las autoridades Rector, Decanos y Secretarios, un total de $25.148.248 anuales, monto que es superior a cualquiera de las erogaciones anteriores”. El detalle de ese gasto es el siguiente: Rector $906.600 al año y $75.550 al mes; Vicerector $852.204 y $71.017; Secretario Universitario $711.684 y $59.307; Decanos (6) $6.291.034 y $524.252; Vicedecanos (6) $5.826.355 y $485.529; Secretarios Facultad (6) $5.182.954 y $431.912; Secretario Universidad Oran $923.453 y $76.954; Secretario Universidad Tartagal $940.242 y $78.353; Secretario de Facultad Oran $852.871 y $71.072; Secretario de Facultad Tartagal $868.374 y $72.364; Vicedirector Oran $888.162 y $74.013; Vicedirector Tartagal $904.310 y $75.359.
“En la UNSa, en salarios para la cúpula gobernante (27 personas), se gasta más que para cualesquiera de los ítems tendientes a hacer una universidad más democrática e inclusiva, como son los concursos docentes, el comedor estudiantil, becas, extensión, investigación, etc.” acusa el informe y compara que “se gasta $16 millones más en estos salarios, que en el comedor estudiantil, poco más que a la actividad de investigación de todos los docentes investigadores de la universidad, 71 veces más que lo que se destina a la extensión (es decir, a llevar los conocimientos académicos a las necesidades de la población), más que el total de becas que asigna el Estado Nacional al estudiantado, 141 veces más que a Deportes y Pueblos Originarios, y 30 veces más de lo que se destina a concursos docentes”.
Con buen tino, el documento universitario aclara que no es impugnable per se que las autoridades tengan esos salarios pero denuncia una distribución “bastante desigual” de los recursos y, en consecuencia, reclama un mayor presupuesto para la UNSa. Además, advierte que los nombramientos políticos de coordinación, algunos aprobados y otros en curso, sólo profundizarán un modelo desigual de distribución de los recursos dejando de lado las necesidades acuciantes del estudiantado y los docentes.
9 millones de oportunidades
La creación de nuevos cargos directivos (algunos ya creados como la Coordinación de Asuntos Estudiantiles) implica un gasto anual de superior a $9.500.000 que bien podría destinarse a atender otros aspectos de la vida universitaria en beneficio de docentes, estudiantes y de toda la comunidad salteña.
“Con el equivalente a lo que se gastaría en los cargos que están en curso, podrían entregarse aproximadamente 900 becas tipo A que otorga la UNSa a la excelencia académica ($900), 1015 becas tipo B de ayuda económica ($780) o 1319 Becas tipo B Ingresantes ($600)” sugiere el documento y amplía que “también equivaldría a 900 becas Progresar de un monto de $900 de manera sostenida durante todo el año o 400 becas de Investigación con el estipendio actual de $2.000, o bien, 793 becas equivalentes al Plan Nacional de Becas Universitarias”.
Ese aporte podría ayudar a combatir la deserción que en la UNSa alcanza al 80% de los estudiantes. “Cada año en la universidad ingresan 6 veces más estudiantes de los que egresan, mientras que del total de la población estudiantil, sólo un 19,86% finalmente tiene aspiraciones reales de egresar, siendo que el 80,14% del total deserta con seguridad” revela el informe y sugiere que $9 millones podrían ayudar a contener alumnos en las aulas.
“Si fuese destinado a una política de inclusión vinculada al comedor, estaríamos más que duplicando el actual presupuesto, lo que podría significar por lo menos una duplicación en la cantidad de tickets de comedor, y una fuerte política de inclusión en relación al acceso a una alimentación saludable” propone, también, y recuerda que actualmente “el comedor otorga 700 tickets por día, un número que representa menos del 3% del total de estudiantes, y aun con las restricciones elitistas de 2 o más materias aprobadas (30% de los estudiantes) el derecho al acceso a un comedor económico tiene un alcance de menos del 8%”.
En una odiosa comparación, el documento denuncia que dado el presupuesto anual y la cantidad de estudiantes apenas se destinan 87 centavos por día por alumno para asegurar su alimentación “mientras que si hacemos la misma comparación con los salarios de los nuevos cargos tenemos que en promedio cada uno de ellos estaría recibiendo $2.399 diarios”. Dicho en otros términos: se gasta diariamente casi 3.000 veces más en salarios de 27 funcionarios que en asegurar la alimentación de los estudiantes.
Los $9,5 millones destinados al sueldo de autoridades también podrían utilizarse para facilitar el acceso a material bibliográfico “otro de los grandes costos que deben enfrentar los estudiantes”. Según acusa el reporte, se gastan en bibliografía $979.600 en el año o $81.633 por mes, lo que significa que cada una de las 40 carreras existentes tendrá $2.000 mensuales para comprar nuevos libros. “Con los gastos que se incurren en la creación de los nuevos cargos alcanzaría para una fotoduplicadora para cada Centro de Estudiantes y su mantenimiento durante todo el año, más un total de 9.156 becas de $500 por cuatrimestre” calcula.
Los enormes recursos pautados para sueldos políticos también podrían destinarse a disminuir la precarización laboral docente y estudiantil. “El Salario Mínimo Vital y Móvil actualmente es de $7.560, en un equivalente a $37,80 la hora, mientras la beca de Formación, cuyo pago actual es de $2.000 por 20 horas semanales, está pagando un monto de $4,76, (un 12% de lo que debería pagar) lo que devela la superexplotación laboral en la que incurre la institución de altos estudios en Salta” detalla el informe y estima que “es posible un mejoramiento de las remuneraciones con el monto de los gastos en los cargos políticos” para los casi 180 becarios.
Un último dato, gravísimo, confirma la distancia entre la UNSa y la realidad del pueblo salteño. Mientras se reservan $9,5 millones para sueldos políticos sólo se consignan $350 mil por año para tareas de extensión reforzando “la universidad isla con muy pocos proyectos de investigación orientados a resolver problemas sociales”.
La vieja antinomia entre libros y alpargatas parece, según el trabajo de La Mella – Patria Grande, resuelto de la peor manera: en la UNSa los recursos no se destinan para libros ni para alpargatas, ni para la investigación de intelectuales ni para la educación de trabajadores, sino para sostener una enorme estructura administrativa y política.