Lo que comenzó como un supuesto ataque a una iglesia terminó en una travesura de niños que le hacían puntería a las palomas con unas gomeras.
Cuando esta mañana una trabajadora de la parroquia San Cayetano de Vaqueros se encontró con los vidrios rotos, los detectores de herejía bramaron por un supuesta profanación contra los cultores del dios católico.
Un reportero gráfico del medio local se apersonó en el lugar para ilustrar las pedradas que habían alcanzado vidrios del templo. La empleada no mentía, pero la dimensión de las roturas, estrechas, le llamó la atención.
En un somero recorrido por la zona, según le contó a Cuarto Poder, detectó el yacente cuerpo de un plumífero, evidentemente alcanzado por un proyectil. Los indicios desplomaron la hipótesis de profanación.