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Lectura obligada

Existen muchos libros sobre los años de la última dictadura militar. Uno de los más emblemáticos es de ficción: “Cuarteles de invierno”, de Osvaldo Soriano, una novela que retrata de manera cruda y directa el clima de esa época y la complicidad de la sociedad.

Osvaldo Soriano escribió la novela “Cuarteles de invierno” entre 1977 y 1979. Fue un intento de “exorcizar lo que estaba pasando en Argentina después del golpe”.

El libro cuenta la historia de un cantor de tangos y un boxeador, contratados para participar de los festejos de Colonia Vela, un minúsculo e inexistente pueblo de la provincia de Buenos Aires. A medida que la trama avanza, el clima de la dictadura va dominando todo, en medio de situaciones que parecen cotidianas o pequeñas, pero que encierran un significado mayor, un paralelismo con lo que sucedía a nivel nacional.

“Es curioso lo que pasa con `Cuarteles de invierno’. Aunque yo lo considero quizás el mejor de mis libros, el que no dudaría en escribir otra vez, es la novela de la que menos me hablan. Creo que eso se debe a que es un enjuiciamiento implícito a toda la sociedad argentina de aquellos tiempos, cuando cerraban los ojos al genocidio. En el final de la novela, cuando Rocha lleva a Galván en la camilla hacia la estación, todas las ventanas del pueblo están cerradas, no hay un solo gesto de solidaridad. El único es el loco del pueblo, que termina colgado de un árbol. Sólo las Madres de Plaza de Mayo rompieron el cerco de silencio en torno al terrorismo de Estado. Pero mi novela no era un panfleto denunciando lo que pasaba sino que contaba un incidente menor ocurrido en un pueblito de provincia; quizá por eso es un buen libro. De hecho, lo eligieron Libro Extranjero del Año en Italia. Pero la respuesta de los críticos en la Argentina fue completamente diferente. En general lo rechazaron. Hace poco leí en un suplemento literario que no hay novelas argentinas sobre la dictadura. Bueno, la mía quizá no sea La Gran Novela Argentina Sobre la Dictadura, quizá no sea siquiera una gran novela, pero ¿no es una novela sobre la dictadura? ¿No ofrece una metáfora de lo más clara de lo que estaba pasando en aquella época?”, se preguntaba Soriano en 1989.

El libro, publicado en 1982, es hoy un clásico, a pesar de que Soriano siga siendo resistido por los miembros de la elite de las letras argentinas. En el prólogo del libro, el historiador Osvaldo Bayer asegura que “Soriano nos dejó las estampas vivas de esa Argentina traumática de los 70. Y, si siguiera entre nosotros hoy, en sus páginas retrataría a todos: los traidores y los consecuentes, idealistas y policías, la mano abierta y la mano en la lata, los nobles y las ratas. Todos argentinos”, y concluye que “en la verdadera literatura se puede comenzar a entender la historia profunda”.