Salta se encuentra conmocionada con los casos de violación que tuvieron como víctimas a personas menores.
Gabriela Hernández
Entre julio y agosto hubo dos casos de violación que encendieron las alertas en la Ciudad de Salta. Ambos casos fueron perpetrados por hombres desconocidos para las víctimas. El primer caso fue de un menor de 16 años abusado en el Parque de La Familia y otro de una menor de 14 atacada a las 7 de la mañana en el Parque San Martín (Teleférico) mientras iba al colegio. La similitud de los casos hace pensar en una banda delictiva organizada que deambula por la ciudad sin embargo las investigaciones aún siguen avanzando.
Por otro lado, el 15 de julio una mujer fue atacada mientras se encontraba buscando alquiler en Barrio Fraternidad, el agresor se llama Juan Suica y la víctima pudo averiguar y contar a los medios que anteriormente este hombre ya había atacado a una nena de 9 años, a una nena de 15 y a una chica de 20 y otra mujer más.
Otro caso conocido este año fue el del odontólogo de apellido Abrebanel el cual abusó de su paciente en febrero de este año, se dio a la fuga para luego entregarse. Otros casos pudieron descubrirse a raíz de este echo.
En mayo una joven de 18 años acompañó a su mamá a la Comisaría N°13 de Villa Asunción a realizar una denuncia por abuso y, tras quedar a solas por decisión de un policía, sufrió una violación.
Y si hay que hablar de casos terribles, siempre hay que nombrar las constante violaciones a la integridad que soportan las mujeres de comunidades originarias, desde tiempos inmemorables, los ataques van desde violaciones, la sustracción de los hijos, esclavitud y el empuje a casos de trata y prostitución, terminando muchas asesinadas. Son el sector más vulnerable de Salta, personas que monstruos abusan como si no tuvieran derecho a nada, personas que otros deshumanizan para cometer los más atroces crímenes y ponerlos hasta como práctica común. Desde pequeñas las mujeres originarias son atacadas a raíz del constante olvido del estado.
La vulnerabilidad de los cuerpos
Los violadores pueden ser personas conocidas como desconocidas, en los tiempos que vivimos no se puede confiar en nadie, ni siquiera en el propio ceno familiar. lo importante siempre es poder capacitarnos como sociedad para prevenir y detectar los abusos. La justicia y legisladores deben capacitarse en el cuidado de la población para protegerla ante los delitos de la integridad sexual, llevando a cabo diferentes mecanismos que cuiden a los sectores vulnerables.
Algunas violaciones se cometen en descampados o lugares donde hay poca iluminación o limpieza, en este caso podemos traer a colación las violaciones y hasta asesinatos cometidos, por ejemplo en el Vertedero San Javier, también hay personas que para llegar a su casa deben atravesar lugares peligrosos y está en los gobiernos hacer de la ciudad y la provincia un lugar seguro.
Al ser Salta una provincia de frontera no sería raro que sea un paso de bandas criminales o redes de trata que buscan llegar a otros países, es por eso que la seguridad es un tema esencial. Esto no quita que dentro del sistema público hayan violadores o cómplices lo que hace necesario que la protección vaya por dentro y fuera de las instituciones, pero ¿Quién controla a los que controlan?