Hoy se estrena “El Clan”, la nueva película de Pablo Trapero. Guillermo Francella sorprende como el malvado Arquímedes Puccio, el líder de una familia “bien” que en los ochenta escribió una de las páginas más fascinantes de la historia criminal argentina.
Con una lograda puesta en escena ochentosa, Pablo Trapero cuenta una de las páginas más fascinantes de la historia criminal argentina, escrita por los Puccio, una familia de clase media que se dedicaba a secuestrar y a asesinar a miembros de la acomodada elite de la zona norte de Buenos Aires.
“El Clan”, protagonizada por Guillermo Francella y Peter Lanzani, es un policial entretenido que no defrauda mientras repasa una historia verídica que tuvo en vilo al país a mediados de los ochenta.
Arquímedes Puccio es representado por un Francella desconcertante, alejado de su papel de comediante. El actor logra un personaje de una maldad calculada, es el terror de la dictadura hecho persona. Sabe lo que quiere y cómo lograrlo.
Peter Lanzani es la revelación del film, encarnando a Alejandro Puccio, el exitoso rugbier del CASI que ayudó a emboscar a sus propios amigos adinerados. Con el correr de la película, la pelea interna entre el bien y el mal aparecerá en la cabeza de Alejandro y en la de sus hermanos, rehenes secundarios y cómplices pasivos de una serie de hechos ineludibles para el núcleo familiar, pero ignorados por toda una comunidad que ve en los Puccio a un grupo de laburantes católicos que no le hacen mal a nadie.
Las canciones (Seru Giran, The Kinks, Creedence, entre otros) ayudan a sobrellevar las escenas más duras de la película, aunque el fragmento musicalizado con Virus, una dualidad entre el sexo y el homicidio, pareciera haber sido realizada con poco tacto, ya que Jorge Moura, hermano rugbier de los miembros de esa banda, fue secuestrado y desaparecido en 1977.
Trapero no sólo logra una película entretenida e interesante, sino que capta en una sola historia la hipocresía de un país entero.
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