El 5 de febrero la policía reprimió a integrantes de una comunidad originaria que reclamaban por sus tierras ancestrales.
“Me picanearon, como en la dictadura”. Las palabras son de Néstor Casimiro, integrante de la comunidad originaria Diaguita Kallchaki La Aguada, en Cachi.
Y lo que cuenta es lo que pasó después de la represión del 5 de febrero: el día en que la policía arrasó con quienes se manifestaban por sus tierras ancestrales.
El sitio vove.com.ar compartió una entrevista a Casimiro, en la que detalló todo lo que pasó el día de la represión.
“Nosotros fuimos detrás de la máquina y vinieron los policías y nos encerraron en nuestro propio territorio. Nos dijeron que teníamos que salir y entonces fueron nuestras autoridades a enseñarles las leyes, porque de eso no saben nada. Entonces como no hubo acuerdo se vio clarito cómo los tipos de la bodega les dijeron que nos saquen de nuestro territorio. Avanzaron violentamente. A mí me agarraron del cuello y me tiraron al piso. Me esposaron y me doblaron los hombros de manera increíble. Cuando estaba esposado, tirado de cara al piso me comenzaron a patear; uno se paró encima mío. Luego me levantaron y me tiraron en la caja de una camioneta. Tenían a un niño atado a los fierros de la camioneta y le decían que viera cómo me pegaban. Me saltaron encima, me pisotearon y me siguieron pegando”, contó el hombre.
Su suplició no terminó ahí.
“En la comisaría de Cachi me picanearon. Sí, me dieron electricidad, como en la dictadura. A las horas me liberaron junto a mis otros cinco compañeros y nos volvieron a amenazar. Nos largaron sin decirnos nunca cuál fue el delito que cometimos. Yo no sé cómo estos policías pueden acatar las órdenes que les dan. Son todos conocidos, pero no se autorreconocen como diaguitas. Ellos son originarios de estos territorios, con algunos fuimos a la escuela, jugamos al fútbol, somos vecinos y, sin embargo, ese día ellos estuvieron al servicio de otros”, dijo Néstor.