En San Salvador de Jujuy se movilizan familiares de Romina Aramayo, la joven que apareció muerta en abril al costado de una ruta tal como ocurrió con la salteña Paola Ramirez en Salta. La jujeña trabajaba en una whiskería donde ya había muerto una joven de Orán. Aramayo fue muerta a golpes. No hay detenidos ni imputados.
El cuerpo de Romina Aramayo de 25 años fue encontrado el 11 de abril pasado en las afueras de San Salvador de Jujuy y al costado del camino que conduce a un dique. El cuerpo se encontraba en estado de descomposición por lo que la autopsia no pudo precisar si ciertas heridas correspondían a una violación aunque sí determinó que la mujer murió por politraumatismos en todo el cuerpo y traumatismo encéfalocraneano. El padre de Romina declaró a Página 12 que “El forense dijo que al menos dos personas le pegaron patadas contundentes en las piernas y los pies y otras cosas feas, horrendas. Si usted viera en el expediente lo que hicieron con mi hija. Golpes en la cabeza le dieron; el forense dijo que tuvo que ser un tipo alto, alguien que sabe pegar. La atacaron dos personas por lo menos. Y se ve que la intención era tirar el cuerpo al canal del dique y que cayera ahí para que no lo encontraran nunca más. Habrá pasado algo cuando fueron a tirarlo y lo dejaron ahí, donde apareció”, declaró Juan Víctor Aramayo. La causa está caratulada como “homicidio calificado agravado por violencia de género” y recayó en la Fiscalía de Investigación Nº 3. Todavía no hay imputados ni sospechosos.
Romina era oriunda de Ledesma. Instalada en San Salvador, trabajaba en el cabaret Wolf Night Club, un lugar que funciona donde hasta el año 2001 había un aeroclub y que queda exactamente enfrente de la Unidad Penal Nº 8, el Instituto Penitenciario Federal de Jujuy Nuestra Señora del Rosario del Río Blanco y Papaya, que alberga internos que violaron la ley de transporte o tráfico de drogas y sustancias prohibidas. En San Salvador, el lugar es tan conocido que una de sus reaperturas tras reformas, a fines de 2012, fue publicitada por la prensa local. Trascendió menos que su propietario, Roberto Gabriel Fontanet, está imputado en una causa por trata de personas que refiere episodios sucedidos en Wolf y en otro boliche de su propiedad, Libra Show.
A fines de 2013, Romina había anunciado a su familia que dejaría de prostituirse y regresó Ledesma para instalarse con su pareja y su hija de 8 años. “Vivían una vida normal como pareja, yo la estaba ayudando económicamente lo más que puedo”, contó su padre. Romina parecía haber cortado toda relación con la vida que llevaba en San Salvador de Jujuy, pero una semana antes “recibía llamados que la ponían nerviosa, ella decía que eran de un ex novio, hasta que un día dijo que tenía que ir a San Salvador a cobrar una plata que le debían”, dice Aramayo. El viernes 4 de abril, Romina viajó a la capital provincial junto con una amiga, Yesica Pantoja, a quien conocía de la whiskería. Pasaron la noche en Wolf. A las 6 y media de la mañana, fueron al hotel Ranys. A las 10 de la mañana, alguien llamó al teléfono de Romina desde otro hotel de la ciudad, el Palace, y la citó. “Ella dice ‘me voy a cobrar la plata del arquitecto y vengo’, y no se la vio más. Eso nos dijo Yesica, aunque también cambió versiones”, explicó Aramayo.
Durante cinco días no se supo nada de la mujer. El sábado su familia agotó los teléfonos de amigos y conocidos con quienes ella podría estar; el domingo llamaron a hospitales y radicaron la denuncia. “De tanto buscar y difundir por los medios, recibimos el jueves la noticia de que la encontraron. A mí no me avisaron, porque tengo un trasplante de corazón. Mi señora me dijo que parecía que había novedades, que ellos iban, pero ella ya sabía. Fueron a identificar el cuerpo.” Romina estaba desfigurada por los golpes y la descomposición, pero la reconocieron enseguida, por un tatuaje que tenía en la espalda y decía “el verdadero amor perdona”.