El caso de Santos Clemente Vera, liberado después de pasar casi ocho años entre rejas por un crimen que ahora parece más incierto que nunca, es un doloroso recordatorio de la fragilidad de nuestro sistema judicial. La noticia de su liberación, a pesar de la revocación de la condena a prisión perpetua por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, destapa no solo las grietas en el proceso legal sino también la falta de integridad y competencia del sistema judicial de Salta.
El hecho de que Santos Clemente Vera haya pasado tanto tiempo en prisión por un crimen del cual se le absolviera en 2014 es simplemente inaceptable. Las vidas de las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni fueron truncadas de manera brutal en 2011, pero la tragedia se vio agravada por una investigación y un proceso judicial llenos de irregularidades y decisiones cuestionables.
La Corte Suprema declaró nula la sentencia anterior debido a «vicios procesales insalvables». ¿Cómo es posible que un tribunal de impugnación pueda encarcelar a alguien nuevamente basándose en las mismas pruebas que previamente justificaron su absolución? Esto no solo pone en entredicho la competencia de los jueces sino que socava la confianza en el sistema judicial en su totalidad.
La angustia y la incertidumbre que ha experimentado Santos Clemente Vera durante estos años no solo son una tragedia personal, sino un síntoma de un mal sistémico más amplio. No olvidemos que, a pesar de su liberación, su futuro aún pende de un hilo, ya que la Corte de Salta debe decidir si se llevará a cabo un nuevo juicio o si se confirmará la absolución de 2014.
La figura de Jean Michel Bouvier, padre de una de las víctimas y defensor de la inocencia de Vera, añade una capa adicional de amargura a este ya oscuro relato. Su crítica abierta hacia la actuación de la Justicia de Salta y su búsqueda de verdad son reflejos de un sistema judicial que, en lugar de servir a la justicia, parece perderse en laberintos burocráticos y decisiones contradictorias.
Los firmantes de la sentencia Guillermo Catalano, Fabián Vittar, Ernesto Samsón, Abel Cornejo, Guillermo Félix Díaz, Guillermo Posadas, y Susana Kauffman son parte de una vergonzosa realidad de un sistema legal que ha fallado en brindar justicia y ha arruinado la vida de un hombre inocente. Es hora de una profunda introspección y reforma en la Justicia de Salta, porque la liberación de Santos Clemente Vera no debería ser motivo de celebración, sino una llamada de atención urgente para remediar un sistema judicial fracturado y desacreditado.
(Fotografía Diario La Nación)