El femicida “Chirete” Herrera quien ayer asesinó a su pareja mientras ella lo visitaba en el penal de Villas Las Rosas con su hijo de dos meses, ya había asesinado a su ex esposa en el 2006. Aquella vez ocurrió en Metán.
La historia de Gabriel «Chirete» Herrera (39) espanta: ayer ahorcó y le dio un puntazo a la joven Andrea Neri con quien tenía un hijo. Ocurrió, según el relato de los guardias cárceles, luego de que ambos estuvieran un tiempo en la celda de la que el femicida «salió con el bebé en brazos y dijo que había matado a su pareja». Todo ocurrió en la siesta cuando se inició el horario de visitas. La joven y el bebé ingresaron a la celda 372 del pabellón E tercera planta para una visita íntima con su pareja. Sobre la mecánica del crimen, la versión más firme indica que Herrera habría ahorcado a Andrea y luego la apuñaló, probablemente con un tallador de madera que los internos utilizan en los talleres de carpintería.
Se trata del segundo femicidio que comente Herrera estando en la cárcel. En 2006, el hombre asesinó a su entonces esposa, Verónica Castro, quien lo visitaba en la cárcel de Metán donde estaba preso por estafa y robo calificado desde el 2003. Aquella vez dos niños de 4 y 9 años quedaron sin su madre.
Andrea sabía por qué estaba preso pero a pesar de las advertencias de su familia, siguió adelante con la relación. «Andrea lo conoció hace un año justamente acá, por desgracia, vino con la madre a visitar a un primo que estaba detenido y ahí lo conoció», contó José Neri, tío de la joven. A los pocos meses quedó embarazada.
«Muchas veces le habíamos advertido sobre Herrera. La madre lo hizo y en especial el padre, que muchas veces le pidió que terminara con él. Nosotros estábamos preocupados por esa relación por los antecedentes de él. Ella sabía lo que él había hecho en Metán, pero los chicos se ponen tercos…», dijo el hombre al diario El Tribuno.
La única certeza y que agrega más drama al caso es que tres niños quedaron huérfanos de madre por los crímenes de Herrera.