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Hospital de Tartagal: La herencia de Medrano

 Lejos de parecerse a Ramón Carrillo, Josefina Medrano dejó una herencia nefasta en el Ministerio de Salud Pública. Una joyita de ese testamento se llama Juan Ramiro Lopez.  (Norma Jean)

El expresidente de Central Norte fue designado por el dedo de Medrano para conducir el hospital Juan Domingo Perón de Tartagal, hace un año, en medio de una crisis sanitaria, donde la muerte de niños era moneda corriente en el norte provincial.

Si bien la crisis estaba alojada en el Chaco salteño, es decir, el departamento de Rivadavia, que cuenta con sus propios hospitales, el de Tartagal es el organismo de referencia de toda la zona, teniendo en cuenta que el nivel de complejidad con que cuenta es 4 (especialidades varias, quirófanos, terapia intensiva, neonatología).

Gran parte de la crisis sanitaria de las comunidades wichi tiene que ver con el maltrato que siempre recibieron en el hospital Juan Domingo Perón, donde la corporación médica pareciera pertenecer a una élite especial que se dedica a estigmatizar a las comunidades y lejos de atenderlos, en el mejor de los casos los mandan a bañarse antes de preguntarle cuál fue el motivo por el que fueron a parar al edificio de Alberdi al 800.

El dirigente «cuervo» no venía a hacer las cosas mejores para ellos y menos que menos, Medrano, que ya tenía digitados sus futuros negocios.

A Juan Ramiro López se le venia complicando con la crisis del norte pero la llegada del coronavirus le cambió la suerte. Lejos de perjudicarlo, aplacó la situación del norte, o nadie más le llevó el apunte, y la nueva normalidad en salud pública hizo que pueda contratar servicios que antes no se usaban en ese hospital,  tal es el caso del servicio de diálisis. Fue el propio presidente de la Asociación de Centros Privados de Diálisis de Salta y Jujuy, Mario Espeche, quien denunciara que el gerente del hospital de Tartagal, Juan López, estaría lucrando con este tratamiento médico.

Si bien el Juan Domingo Perón no está habilitado para la realización de diálisis, lo viene haciendo desde setiembre en el sector de Oncología. De las dos máquinas que se utilizan, por lo menos una habría comprado el gerente, aunque no podemos precisar si fue con fondos propios o públicos.

Espeche, contó que la práctica se descubrió luego de que el Hospital pagara a un prestador el dinero requerido y luego pidiera reintegro al Ministerio de Salud Pública. Lo que no habría sucedido porque no es una institución que este habilitada para realizar la prestación tal prestación. Los únicos habilitados para tal servicio en la provincia son los hospitales Oñativia y San Bernardo. Pero nada de esto parece alterar al Ministerio de Salud Pública para remover al titular del hospital, cuya designación es totalmente política. Es como si el espíritu de Medrano anduviera por los pasillos del segundo bloque del centro cívico Grand Bourg, o los acuerdos preestablecidos con la cuñada de Huergo fueran intocables hasta por el propio Esteban.

El haberse autocontratado para prestar el servicio de diálisis con aparatología propia, es una incompatibilidad grave, aunque hay otro antecedente de autocontratación peor y es en el servicio de anestesiología, su propia especialidad.

Al parecer, la impronta que Medrano dejó fue «hagan sus propios negocios, con tal los paga el estado».

Pero la incompatibilidad advertida por la prensa en la administración de López causó una tremenda indignación en la población tartagalense, lo que impulsó al ministro Esteban, a informar respecto a lo que pudo sondear en sus primeras visitas al norte, tras lo cual informó a la Sindicatura General de la Provincia, organismo de control interno del Poder Ejecutivo y actualmente espera el pronunciamiento del organismo para accionar contra López. Aunque lo máximo que se puede esperar de este organismo es un informe negativo que podría servir de causa para sacarlo de la gerencia.

 

Ya en 2011 cuando buscaban remover a Juan Lopez de la presidencia de Central Norte, a la que había accedido en 2009, safo elegantemente diciendo ante los medios que «no se puede realizar esta asamblea por como esta la situación. Hay que pensar en la parte futbolística. Hay gente capacitada para dirigir Central Norte, pero por ahí es el momento de parar la pelota y decir muchachos es momento de mostrar serenidad, madurez”.

Luego en febrero de 2014, el Juez de Instrucción en Transición de Cuarta Nominación de Salta, señor Federico Diez, procesó a Juan Ramiro López, Eliseo Sarbello Valdez, Mario Normando Villa y Pablo Sergio Méndez, antiguos integrantes de la directiva del Club Atlético Central Norte, por el delito de defraudación por administración fraudulenta, previsto en el artículo 173 inciso 7 del Código Penal.

La causa judicial en la que los cuatro dirigentes cuervos fueron procesados se inició por denuncia formulada por Ricardo Daniel Espilocín, a raíz del desvío de recursos del club en perjuicio de sus asociados.

El martes, la Cámara de Diputados aprobó un pedido de informes de los legisladores del municipio de Tartagal, dirigido a Salud Pública de Salta, en el que se consulta sobre el Servicio de Nefrología en el Hospital “Juan Domingo Perón” de Tartagal, el que deberá ser respondido en la semana.

Basta con analizar los antecedentes de Juan Ramiro Lopez como dirigente del club deportivo Central Norte y como gerente del hospital de Tartagal para intuir que «todo es lo que parece».