No cambió el criterio de que corresponde compensar a las petroleras por la diferencia entre el tipo de cambio implícito en las tarifas por el gas consumido entre abril y septiembre, y el que se verificó y se va a verificar entre julio y diciembre.
La deuda así generada y que todavía está lejos de cerrarse quedará a cargo del próximo Gobierno, porque, según se dijo, se empezará pagar después de octubre del año próximo y constará en el presupuesto para 2020.
Sin embargo, será definida por la administración actual.
Sobre el monto de la deuda, el número definitivo depende de la cotización del dólar hasta el 15 de diciembre. Esto es así porque las distribuidoras pagan el gas a las petroleras a los 75 días y por contratos firmados en la gestión de Juan José Aranguren, deben hacerlo al tipo de cambio vigente al día anterior al pago.
Así, recién el 15 de diciembre se podrá saber a cuánto asciende la diferencia por el gas distribuido y consumido en diciembre, y el monto de la deuda en pesos.
Después faltará ver qué mecanismo negocia la Secretaría de Energía con las petroleras para diferir el pago hasta octubre y en la práctica hasta enero de 2020.
Tal como están planteadas las cosas, aunque las distribuidoras son las que tienen la deuda con las productoras, todo indica que las distribuidoras quedarán exentas de la obligación, y que la negociación será entre petroleras y Gobierno.
Una vez abierta esa discusión, habrá que ver cómo se considera el año de gracia, si se toma el monto en pesos y se fija el interés, o si se pasa a dólares.