Entre tantos desaciertos del IMAC, ahora surge uno más que importante y es que los trabajadores de esta estructura sanitaria privada ya no cuentan con obra social y se acaba de enterar que cobraran el sueldo en dos o cuatro partes dependiendo de la cantidad.
El malestar de los empleados es grande, teniendo en cuenta que lo mínimo que esta clínica pediría como depósito a los pacientes que requieran estudios son 100 mil pesos, los cuales nunca vuelven en su totalidad a los pacientes.
Más bronca aun, cuando el director de la clínica, Fernando Saavedra, sale a los medios a decir que todo está en regla y paga en tiempo y forma. Aseguran que más de uno no tiene dinero para trasladarse a su lugar de trabajo y en casos más graves, «no tienen ni para comer».