Presentará su último trabajo titulado «Halo». Tocará en El Teatriño (Aniceto Latorre y Alvear) desde las 22:00 horas. Las entradas están a la venta en autoentrada.com, Alto Noa y en la boletería del teatro.
Juana Molina, «la bruja buena», es una artista argentina de vanguardia reconocida a nivel internacional por su talento y sonido distintivo. Es actriz, música, compositora y productora. Si algo la caracteriza es la creatividad, y su constante exploración e invención musical. Propone un estilo propio en el que ha llegado a mezclar sintetizadores, pedales, efectos de sonidos, repetidoras y samples con cajas de ritmos. Los géneros en los que se la ha ubicado son la folktronica, ambient, experimental, neofolk, indietronica, psicodélico e indie pop.
«La virtud de la música de Juana es alejarse del virtuosismo entendido como predominancia de la técnica, es decir, del medio como fin en sí. El poder expresivo está siempre por encima del demostrativo de manera general y ubicua».
HALO (2017) es el séptimo álbum de la artista y confirma el camino experimental iniciado años atrás a la vez que se constituye como un nuevo mojón en la construcción de una voz propia e inconfundible.
Contiene doce canciones y se grabó en su propio estudio fuera de Buenos Aires, y en Sonic Ranch de Texas, con contribuciones de Odin Schwartz y Diego López de Arcaute (quienes han estado tocando en vivo con Juana durante varios años). También contó con Eduardo Bergallo (que ha participado en la mezcla de sus anteriores álbumes) y Deerhoof John Dieterich que apareció en varias canciones.
Halo hace referencia a los mitos argentinos de la «luz mala» en cual se ven luces blancas alrededor de los huesos de animales en descomposición en el campo.
Desde la tapa del álbum un hueso nos está mirando. Y cuando un hueso nos mira, estamos siendo observados por toda la historia de la paleontología. El hueso es un signo de haber estado, es lo último que queda después del paso de buitres, hienas, roedores y gusanos. Pero el hueso se convirtió en palanca, en arma y en superficie de inscripción. Y el hueso también es Stanley Kubrick, ese nombre que inventamos para saltar del mono al superhombre, así como de las cuevas a la luna, a Júpiter y más allá.
En las antiguas leyendas populares, se creía que los huesos enterrados eran la causa de la luz mala (la “luz maligna”, también conocida como luces fantasmas o “will-o’-the-wisp”), ese extraño halo que flota sobre el suelo y asusta a los viajeros noche.” Las 12 canciones de Halo “abundan los ritmos hipnóticos que parecen sacados de rituales inmemoriales, con exploraciones timbrales y paisajes sonoros cambiantes, con letras misteriosas que a menudo tocan la brujería, la premonición y los sueños, siempre usadas como metáforas para estados emocionales, con voces que a veces se alejan de la palabra y el significado para ser reducido a fonemas abstractos y onomatopeyas».