Elisa Carrió aseguró que impulsaría la revisión de los juicios a los represores. En un video que se conoció ayer, sostiene que hay que darles domiciliaria a todos y que muchos fueron condenados “sin pruebas”.
Elisa Carrió aseguró que está trabajando para impulsar “juicios de revisión” para los condenados por violaciones a los derechos humanos. En un acto en un club de Belgrano, realizado diez días antes de las elecciones, la diputada de Cambiemos anticipó que eso es “lo que se viene”. Detalló que ella ve “dos vías” para liberar a los represores: “una es que la prisión sea domiciliaria” y la otra, lograr “el consenso necesario para hacer juicios de revisión”. Estas afirmaciones fueron hechas por Carrió el pasado 13 de octubre, durante un acto en el que pidió que el tema no se filtrara antes de la elección, pero formulado con todo el tono de un compromiso. “Yo no lo voy a sacar en la campaña, y les pido que ustedes tampoco lo saquen porque para lo único que va a servir es para embarrar la cancha; pero me estoy ocupando”, prometió.
El video del acto, grabado por una persona que asistió ese 13 de octubre, fue difundido el domingo por el portal Infobae. En la filmación Carrió plantea que en algunos casos, como el de los “torturadores directos” está bien que estén presos; “tienen que estar(lo)” porque “en la tortura vos estás claramente violando el derecho humano del otro”, desde ese punto avanza en plantear la exculpación de otros roles en el terrorismo de Estado. Según su argumentación, “en el clima de violencia” que vivía el país, hubo “jóvenes” militares que “no podían comprender” la criminalidad de sus actos. Por ejemplo si tenían 21 años y les decían ‘vas a un enfrentamiento’.
Luego reflotó el argumento de la Obediencia Debida. La diputada fue una de las impulsoras de la ley que la declaró nula, junto con el Punto Final, en un 2003 que hoy le queda muy lejos. Los razonamientos que ofrece la Carrió versión 2017 no incluye las palabras dictadura ni terrorismo de estado. “Este país estaba loco”, es lo que dice sobre los ‘70.
“Los derechos humanos son para todos, pero también es cierto que hubo muchos casos de chicos jóvenes… La esposa de un militar me dijo algo que quiero plantear acá mismo: ‘¿Cómo mi marido desobedecía a (Cristino) Nicolaides si tenía 21 años?’”. Haciendo suya esta pregunta, Carrió interpeló a su público: “¿Podía comprender esa persona, a la que le habían dicho que estábamos en una guerra, en medio de la violencia, a la que le decían que estaba luchando por la patria, que estaba instruida para obedecer? ¿Podía?”
El discurso fue pronunciado en el club Harrods Gath & Chaves de Belgrano, diez días antes de las elecciones en las que resultó la candidata más votada en Capital Federal con el 50,93 por ciento. Parte de su auditorio la respaldó con aplausos. Por el contenido de las acotaciones (“terroristas”, se oye comentar, y “sin ninguna prueba”), da la impresión de algunas personas del público son familiares o amigos de represores.
“No puede ser que se mueran en las cárceles enfermos. Los derechos humanos son para todos”, fue otro de los párrafos celebrados.
Son palabras que anticipan el debate que Cambiemos quiere llevar al Congreso el año próximo.
Carrió sostuvo que “hay casos muy mal juzgados”, “que no tienen pruebas”. “Yo fui autora de la ley de nulidad de la Obediencia Debida y Punto Final y no me arrepiento, porque yo creí, lo puse en el programa de las fuerzas armadas, creía que los culpables tenían que estar de un lado y las fuerzas armadas tenían que estar del otro, y que entonces había que revitalizar y reforzar las fuerzas armadas. (Pero) la verdad que el kirchnerismo usó esto como venganza y no como justicia”, señaló.
En mayo de este año, la lider de la Coalición Cívica no votó la ley contra el 2 x 1, y dió públicamente su respaldo a la decisión de la Corte Suprema que benefició con el doble cómputo al represor Luis Muiña, dejando la puerta abierta a la salida en libertad de otros condenados por crímenes de lesa humanidad.
En esos días del debate para derogar el 2×1, ya se había animado a pedir la prisión domiciliara “por la salud” de los represores en el recinto, como lo planteó en el acto de Belgrano, con lo que cosechó repudios. “Nosotros no somos como ellos”, quiso persuadir, pero no evitó los abucheos.
Ahora agrega a esa postura la promesa de los juicios “de revisión”: “Ese tiempo fue una locura, creo que (lo saben) todos los que estamos acá (salvo), algunos jóvenes que no lo vieron. Era una locura porque la violencia venía de todos lados. Los chicos por ejemplo, del tipo (del diputado kirchnerista Carlos) Kunkel, que eran más grandes que nosotros, le ponían el revolver en la cabeza a los profesores. Vos te ibas a inscribir en una materia y te decían ‘si te acostás conmigo te inscribo’. Era un clima terrible y fue terrible después, porque nuestros amigos desaparecían. Ahora, este país estaba loco. Hay un escrito mío del contrato moral, en el que digo que nuestra nación se comió generaciones”.
Remarcando que hubo una falta de comprensión sobre los propios actos, Carrió añadió que “los otros del otro lado también mataron ¿Y entendían? Tampoco entendieron. Entonces, lo que yo digo es que hay dos salidas. Espero el consenso necesario para ver juicios de revisión en los casos en que no haya pruebas, porque realmente hay juicios donde no hay pruebas y que la prisión domiciliaria se aplique a todos los casos”.
Fuente: Página 12