Viene el Día del Niño y las jugueterías hacen lo que pueden para combatir la crisis. En una fugaz visita por los comercios del centro de la ciudad se percibe lo obvio: que la situación en este año es delicada y que las ventas son menores a las del 2015. (F.A.)

Si uno piensa en las jugueterías en los días previos a esta celebración comercial tan importante se imagina hordas de padres desesperados, a las piñas y a las puteadas, a las corridas dentro de los locales, peleando por el último ejemplar de un juguete deseado por los infantes que no paran de consumir televisión, publicidades y tienen que tener TODO, como le pedía Guille, el hermanito de Mafalda, a los Reyes Magos.

Hay una película que lo resume muy bien a ese momento: El Regalo Prometido, la pasan todos los años en diciembre, cerca de Navidad, antes o después de Mi Pobre Angelito, la otra cinta obligatoria para los programadores del cable. El argumento es muy simple: Arnold Schwarzenegger es un padre ausente que quiere quedar bien con el pibe y decide, por una vez, cumplir. Para eso, va a comprar Turbo Man, un superhéroe de moda que, por supuesto, todos los chicos de la ciudad desean. Como las intenciones de Arnold son buenas pero su proceder no, llega a último momento y, claro, se encuentra con un montón de padres en la misma. Resultado: adultos matándose por un juguete.

Es que la gente viene a último momento, toma lo que encuentra y se siente algo mejor, como cantaba Virus. Eso mismo dice Eduardo, encargado de la juguetería Ta Te Ti, ubicada en peatonal Florida.

Eduardo cuenta que los precios de los juguetes son similares a los de 2015, excepto algunos productos nuevos. Sin embargo, la venta no es la misma. Dice que hasta el año pasado, los cinco días previos al Día del Niño eran puro movimiento. Este año, la cosa es diferente y apenas esperan mucho ajetreo hoy sábado, cuando los padres lleguen al local para reproducir, una vez más, el ritual del sálvese quien pueda.

Por ejemplo, dice Eduardo, los patines de Soy Luna, la serie de Disney Channel, son muy solicitados y sin embargo no llegan nunca. Casualmente o no, quiera creer el lector o reviente, una clienta interrumpe en ese mismo momento para preguntarle a Eduardo si tiene los patines de Soy Luna. Lo dicho. Todo el mundo los pide.

Así que entre productos requeridos que no llegan y menos plata, las ventas son menores. Eduardo cuenta que “la calle” también juega en contra. Apunta a los vendedores ambulantes. Dice que allí se ofrecen los mismos productos a mitad de precio. Menciona los locales de la calle Urquiza e Ituzaingó y los de las peatonales. Pero, aclara, esos juguetes parecen los mismos, pero no son iguales. Agrega que en estos días de mayor demanda trabajan con diez empleados en el local cuando lo habitual es hacerlo con cinco. Sin embargo, no hacen falta tantos, porque, dice, la gente entra, mira, pregunta y no compra.

A pesar de que prorrogaron la celebración (el Día del Niño no suele caer el tercer domingo de agosto), la venta viene floja también para esta juguetería de la calle Balcarce, antes de llegar a Belgrano. Su encargada, que todo el tiempo parece agitada y a punto de volver al fondo del local, dice que antes la venta se incrementaba durante todo el mes. Este año, cuando se hace este recorrido, apenas quedan dos días para que los padres, tíos y padrinos encaren la necesidad de quedar bien con los infantes, algo que este local todavía no percibió.

Al igual que Eduardo, la mujer cuenta que los precios se mantienen en relación al año pasado. Además, en este 2016 los juguetes entraron al plan de financiamiento Ahora 12 y en esta juguetería en particular también hay descuentos de hasta el 35% a través del Banco Macro. Pero nada.

En general, en todas las jugueterías, la gente mira vidrieras, analiza posibilidades. Ve, por ejemplo, muñecas que van desde los 300 pesos hasta los 1100; juegos de mesa entre 250 y 700, bebotes arriba de los 600. También hay rompecabezas de mil piezas a 100 pesos; autitos humildes, pequeños, a 150, planchitas y secadores de pelo a 200; valijitas con kits de belleza entre 270 y 550, y hasta un avión de guerra para chicos con pretensiones bélicas a 65 pesos, lo más barato que percibe este breve repaso. Lo más caro es un cuatricíclo de Barbie que cuesta 7 mil pesos.

Del otro lado de Ta Te Ti, en la peatonal Alberdi, está una pequeña juguetería llamada Mi Yopita. Ahí trabaja Hugo, que patea el tablero y contradice a la mayoría. Para su local, las ventas son mejores. Incluso asegura que el año en general viene bien, algo que todos los demás consultados calificaron con pésimos conceptos. Hugo dice que esta semana está vendiendo tres veces más que durante los meses anteriores. Y reflexiona, práctico, que los bebés siguen surgiendo. Siempre hay demanda.

Pero el problema no es la falta de demanda sino la carencia de efectivo. Y ante la necesidad surge la opción más acorde. Ahí ganan los vendedores ambulantes, que se paran en todas las cuadras del centro y con voz de megáfono ofrecen pelotas, muñecos, ropa y más accesorios. Tipos que podrían animar festivales barriales, locutores exagerados que muestran su catálogo lúdico y ponen de los pelos a los comerciantes de los locales cercanos.

Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, el mes pasado se registró una caída del 8,1% en las ventas. El Cronista informó, además, que junto con Navidad, el Día del Niño representa el 70% de las ventas anuales de las jugueterías, un rubro que en julio tuvo una baja del 9,3% interanual.

Sin embargo, la expectativa de las autoridades es distinta: la Cámara Argentina de la Industria del Juguete informó ayer viernes, a través de un relevamiento de la Secretaría de Comercio, que durante los tres primeros días de funcionamiento del programa Ahora 12 en la semana previa al Día del Niño se realizaron más de 5.000 operaciones por un monto de $7.369.121 y un ticket promedio de $1.400.

Hasta el domingo 21 de agosto se podrá comprar juegos de mesa y juguetes con el programa AHORA 12, en doce cuotas sin interés, en comercios adheridos de todo el país. La medida tiene como objetivo estimular la demanda de juegos y juguetes en la semana previa a la celebración del Día del Niño.

El subsecretario de Comercio Interior, Javier Tizado (h), dijo: “Estamos muy conformes con la respuesta que está teniendo el programa esta semana puntualmente con la venta de juguetes y juegos de mesa de industria nacional, porque queremos seguir cuidando el empleo y el comercio de proximidad”.

Los comerciantes ruegan que el malón del último día equilibre la balanza. Están preparados, listos para atender a madres y padres desesperados, que intentarán llevarse lo primero que encuentren, al menor precio, que siempre es el mejor.