“Lo que se muestra es un aspecto de lo invisible” (Anaxágoras)
- A mediados de julio/2020 se publicó el documento “Unidos en la diversidad. Para afrontar el presente y construir un futuro digno para todos los argentinos”, rubricado por dirigentes del “peronismo” antikirchnerista, de “Juntos por el cambio”, intelectuales y empresarios antinacionales, entre otros.
Algunas de su peticiones esenciales son:”….Es tiempo de implementar un plan de coincidencias mínimas…”, “…trazar lineamientos básicos de la reconstrucción del país…”, “…la democracia es el sistema en el que elegimos vivir…”, “… la pandemia ha puesto en evidencia…la desigualdad social que impera en la Argentina…”, “… el Poder Judicial tiene que cumplir su rol sin injerencias de los otros poderes del Estado…”, etc.
Es dable resaltar que los firmantes tienen un plan de “coincidencias máximas” que comparten con sus pensamientos, desde diversas miradas: el NEOLIBERALISMO.
Debemos preguntarnos: ¿En qué es exitoso el modelo neoliberal? En distribuir regresivamente el ingreso en favor de una minoría global que se enriquece cada vez más, mientras se empobrecen las mayorías de todo el mundo. El problema no son sólo los ejecutores, sino el propio modelo rapaz y sus políticas elitistas. Se trata de un proyecto que entra en crisis cuando tiene éxito.
El gobierno de la Alianza macrista-radical cuya gestión pandémica concluyó el 10 de diciembre/2019, ha sido el último de los tres ensayos de políticas neoliberales en la Argentina. Los dos anteriores tuvieron lugar entre 1976/1982, tras un golpe de estado cívico- militar, y en el período 1989/2001, ya bajo el régimen del menemismo, en el marco de una traumática experiencia hiperinflacionaria.
En los tres casos, los resultados fueron muy negativos y culminaron en crisis, pérdidas de reservas, default abierto o encubierto de la deuda pública, y notables incrementos del desempleo, el trabajo precario y la pobreza, y con ellos el hambre, afectando fuertemente a la población infantil. Hubo retrocesos en el derecho del trabajo y en la seguridad social. Insistimos: el neoliberalismo no combate la pobreza, sino a los pobres.
No existen dudas: los firmantes del documento neoliberal, entre ellos el ex gobernador Juan Manuel Urtubey y el actual Senador nacional de “Juntos por el cambio” Juan Carlos Romero, integran “juntitos” la nueva Alianza antiperonista macrista /radical o sea una coalición aggiornada de aquella que en 1946 enfrentó a Perón e impulsó la consigna “Braden o Perón”. Con el documento referenciado quieren fundar un pacto corporativo, al estilo del español Pacto de la Moncloa de 1977, que asegure un patrón de distribución regresivo por décadas.
Esta nueva alianza neoliberal tiene un apreciable caudal electoral y bancadas legislativas, e implementara una oposición de resistencia a toda política del Gobierno Nacional , que implique una redistribución progresiva del ingreso o la riqueza. Asimismo cuenta con el apoyo de medios de comunicación de posición dominante, merced a un marco legal favorable.
Además esta alianza conservadora y retrógrada responde directa o indirectamente a la estrategia geopolítica anglosajona y del Consenso de Washington. Por lo mismo nadie se reconoce como “neoliberal”, todos son “demócratas” que cumplen con la obligación de construir un círculo inmunitario frente al hecho maldito del “populismo”.
2.- Apunta el psicoanalista y escritor Jorge Alemán, que el neoliberalismo no sólo destruye valores, reglas institucionales y jurídicas, sino que va a la captura de la subjetividad para reformarla y construir una nueva subjetividad.
Hace años que se exhibe una verdad que ya no debería ser discutida. Cuando en un país anda bien la macroeconomía y sólo ella, no hay equidad, ni distribución democrática de la riqueza. Afirmamos que la riqueza de un país (y hasta su felicidad) se mide por la eficiencia de su microeconomía, de su mercado interno. Porque éste último es el Pueblo y la macroeconomía es el bienestar de unos pocos, que se creen los dueños de la Patria y del aparato represivo que necesitan para mantener sus privilegios.
Juan Manuel Urtubey al integrar la nueva Alianza neoliberal, adhiere sin pudor al sistema neoliberal, que instala la desigualdad como principio. Ha decidido el ex gobernador apoyar sin ambages al capitalismo financiero que necesita devastar la tierra para enriquecerse, dominar, y salvar a los Bancos, antes que al planeta.
Urtubey y los firmantes del documento pretenden insertar a la Argentina como país económicamente reprimarizado y de servicios en el mundo y reinstalar un patrón de distribución desigual, con mayor acumulación de la renta en las elites dominantes, en perjuicio de los asalariados, de manera perdurable. Desean concluir con el patrón de desarrollo peronista , fundado en la industrialización , y en la dinámica de las nuevas tecnologías.
El neoliberalismo es un gran proceso hacia el trabajo sin derechos, lo que se denomina la “uberización” del trabajo. El sociólogo Boaventura De Sousa Santos afirma:”…El neoliberalismo está mostrando su nueva fase, la incompatibilidad con la democracia…”. Actualmente la propia democracia liberal de baja intensidad, reducida a derechos civiles y políticos también le resulta incompatible, cuando la libertad económica colisiona con la libertad política.
Al contrario, los “peronistas “de Perón, requieren para el país y la Provincia un Estado con capacidad preventiva y reactiva para enfrentar y conducir este proceso, sin restringir la innovación tecnológica puesta al servicio de la producción y servicios de interés colectivo.
Finalmente decimos: que razón tenía Eva Perón cuando afirmó “…. Le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de donde vinieron, que al de los oligarcas…”.
Salta, 4 de Agosto de 2020.
…el arkegueta…. CORRIENTE BELGRANIANA