El diputado Juan Esteban Romero se hizo una rinoscopía y un análisis toxicológico para «demostrar su compromiso con la transparencia y la ética pública».

 

El diputado Provincial Juan Esteban Romero se sometió a un análisis toxicológico y difunció las fotografías esta mañana. El hijo del exgobernador Juan Carlos Romero había presentado meses atrás un proyecto en la legislatura para que todos los funcionarios se sometan a esta práctica.

El texto del proyecto de ley detalla que la obligación alcanzaría «desde el Gobernador hasta el personal de la fuerza Policial como así también a Senadores y Diputados».

En un comunicado de prensa difundido esta mañana, Romero afirmó: “La transparencia y la ética son pilares fundamentales para la confianza entre los ciudadanos y sus representantes. Con este análisis, no solo cumplo con un compromiso personal, sino que invito a todos mis colegas a unirse a esta iniciativa y demostrar su compromiso con un gobierno más transparente y comprometido con la lucha contra el narcotráfico”.

La propuesta de ley presentada por el Diputado Romero busca establecer un requisito obligatorio para que todos los funcionarios públicos del Estado se sometan a análisis toxicológicos obligatorios y aleatorios, con el objetivo «de garantizar su integridad y su aptitud para ocupar cargos de responsabilidad. Los representantes y funcionarios que ejercemos la responsabilidad de representar a nuestros ciudadanos, tenemos que demostrar que tenemos las condiciones físicas y psíquicas de hacerlo”.

En su artículo el proyecto de Romero establece que todos los funcionarios comprendidos en el ámbito de aplicación de la presente ley, deberán realizarse, con carácter obligatorio los exámenes médicos y/o bioquímicos:
– Rinoscopia.
– Análisis de orina completo.
– Análisis de sangre completo,
– O los que resulten convenientes en función de su mayor precisión y efectividad para determinar la presencia o no de sustancias ilegales en sus organismos.

La estrechez de ideas en beneficio del conjunto llevó al romerato reciclado a desempolvar un clásico de la demagogia anti-política: Narcotest obligatorios para funcionarios. Tan viejo como rudimentario, el método se inscribe en una ola de factoides que entonan con la retórica libertaria y que buscan desviar la atención de las preocupaciones reales, aquellas relacionadas con los pesos y centavos.

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