Un control de alcoholemia terminó en escándalo en el que estan involucrados dos altos funcionarios de tráfico de influencias. También extiende las sospechas ciudadanas sobre el titular de la empresa de Aguas del Norte con algunos ejecutivos del negocio inmobiliario.
Un escándalo que promete que va tener derivaciones impensadas explotó en los medios luego de siete meses de obscuridad. Los involucrados son nada menos que el Secretario de Tránsito y Seguridad Vial del municipio capitalino Matías Asennato y el Presidente de Aguas del Norte Ignacio Jarsún. La víctima de una pelea desigual es un antiguo empleado de tránsito que no solamente apareció sancionado, sino al que luego echaron de su empleo. La torpeza y los intereses cruzados de funcionarios sospechosos dirige un capítulo de excesos.
Según las declaraciones públicas del empleado municipal, y lo recopilado por varios periodistas, permite reconstruir una secuencia que podría cobrarse el puesto de los que, luego de graves incumplimientos, se llamaron al silencio.
No existen dudas que desde que se sancionó la ley de “alcoholemia cero” no existe posibilidad de que un conductor al que se le detecta el consumo de alcohol debe entregar el vehículo y ser multado. El problema se presenta cuando funcionarios soberbios buscan el trato privilegiado o la “vista gorda”.
Siempre en la polémica
Matías Asennato siempre se caracterizó por un perfil altamente conflictivo que fue utilizado políticamente para hostilizar o incomodar. Cuando estuvo bajo las alas de Matías Posadas en el urtubeysmo, se dedicó a hostigar la gestión de Gustavo Sáenz. Finalmente recaló en la tropa del rector de la UPATECO Carlos Morello, quien habría negociado su ingreso a la actual gestión municipal.
Se encuentra hoy en el ojo de la tormenta y podría ser expulsado del gabinete municipal en caso de que se compruebe que buscó darle impunidad al presidente de Aguas del Norte, y luego de perseguir injustamente al empleado Federico Artaza.
Según estas versiones Jarsún -con 1,24 ml de alcohol en su sangre- fue detenido por un control y, para evitar mayores consecuencias, se decidió por hablar con Asennato buscando que se lo liberara de la situación comprometida. Sin embargo, el “zorro” no habría acatado las ordenes ilegales de su superior y soportó firme el embate y secuestró una camioneta Amarok en la que el presidente de la empresa de aguas circulaba.
Las negaciones de Jarsún
La versión de Jarsún niega todo y aseguró que nunca pudo ser el protagonista de este incidente porque no tiene la camioneta a su nombre. Sin embargo, habría aparecido una cédula verde en la que figura a su nombre, aunque la patente está a nombre de otro. El vehículo fue al canchón, pero poco se sabe de su destino. Alguien sancionó a Jarsún? La camioneta fue devuelta? A quién? Esto permanece todavía en las penumbras de la burocracia para conveniencia de los poderosos interesados.
Ruedan por la amplia avenida de las sospechas los comentarios sobre la sugestiva vinculación del presidente de Aguas del Norte con la empresa que podría haber recibido favores para lograr que les den agua para grandes emprendimientos inmobiliarios, en algunos casos contaminantes.
Los vínculos non sanctos
Llamó la atención la aparente vinculación de la camioneta secuestrada a Jarsún con la empresa Nubes Sociedad Anónima, en la que figuran como socios los hermanos Yovi, chatarreros que lograron amasar una fortuna con la empresa Metalnor, y que ahora mantiene conflicto con los vecinos de los barrios cercanos a La Isla por la instalación de una planta de fundición de metales.
El que figura como el titular para el pago de los impuestos municipales es otra persona. Se trata de Gastón Figueroa, que con su familia es titular de varias empresas, incluida MAGA SAS con su esposa Bárbara Bach, y CONFIAR DESARROLLOS SAS con su padre y hermanos, con domicilio en calle Buenos Aires 105, Entrepiso 2°, Oficina B. Esta última se dedica a la construcción de edificios, estructuras metálicas o de hormigón, obras civiles, viales y de desagüe, pavimentación urbana, movimientos de suelos y mejoramiento de terrenos, demoliciones de estructuras de hormigón y metálicas y todo tipo de obras de ingeniería y arquitectura, sean todas ellas públicas o privadas. También a la venta de materiales, asesoramiento integral y consultoría y administración de fideicomisos.
Nubes S.A. se dedica a la construcción de hoteles, otra actividad que necesita del guiño o autorización de Aguas del Norte para contar con servicio de agua y cloacas en una ciudad que hace 20 años tiene todo saturado.
Jarsún tiene varios antecedentes que lo ponen bajo la lupa. Cuarto Poder publicó en su momento que había sospechosas maniobras financieras en el Dean Funes Swites, una torre de 58 departamentos emplazada en calle Deán Funes 857, construida por la cuestionada Grinfil en la que sobresalen nombres como el abogado Nicolás Fili, el empresario Roque Lozano y el ex intendente de Embarcación Alfredo Llaya. Un entramado en el que el ex vicepresidente de la Cámara de Diputados, junto a Victorio Binda, negoció la provisión de un servicio de calefacción con calderas, dejando a varias personas sin la entrega de lo pagado.
Más cerca en el tiempo, otro medio afirmó que existía una grabación en la que se solicitaban sobornos a una desarrolladora de San Lorenzo Chico, que justamente le habría “vendido” un lote en ese tiempo. Las casualidades no dejan de desafiar el sentido común.