Los anticuerpos juegan un papel importante en la neutralización de cualquier virus, brindando protección a la persona contra la reinfección viral. Desde hace 8 meses se viene estudiando la respuesta de anticuerpos a la infección por SARS-CoV-2, a fin de conocer mejor la respuesta inmune.
Comprender su durabilidad en una población diversa es un dato crítico e informa sobre nuestra capacidad para monitorear la seroprevalencia en las comunidades, seleccionar donantes de plasma para el tratamiento y diseñar vacunas contra COVID-19.
Una investigación llevada a cabo por la escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Estados Unidos y publicada en la revista Science con el objetivo de conocer más sobre el mundo de los anticuerpos en la nueva enfermedad, reveló que durarían cinco meses en el organismo y que la inmunidad se correlaciona con la capacidad del organismo para neutralizar el SARS-CoV-2. Los resultados del estudio surgen luego de analizar los datos de 30.082 personas, que fueron evaluadas dentro del Sistema de Salud Mount Sinai, entre marzo y octubre.
La prueba de anticuerpos utilizada en esta investigación fue a través de un ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), que se basa en la proteína de pico spike, reveladora del virus que contiene la maquinaria que le permite adherirse y entrar en el organismo.
La prueba detecta la presencia o ausencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y es capaz de medir el nivel de anticuerpos que tiene un individuo. Tiene una alta sensibilidad y especificidad, lo que reduce significativamente la posibilidad de un falso negativo o positivo.
Determinar los efectos neutralizantes del SARS-CoV-2 es fundamental para comprender los posibles efectos protectores de la respuesta inmune. En este ensayo, evaluaron los efectos neutralizantes de los anticuerpos, fundamentales para comprender los posibles efectos protectores. Y vieron que sí había neutralización del virus.
La respuesta del cuerpo humano a una infección se desarrolla en dos partes. Primero, una respuesta inmune innata, que libera sustancias químicas y glóbulos blancos que luchan contra un virus y lo destruyen. La segunda es una respuesta inmune adaptativa que, junto con otros efectos, produce anticuerpos que pueden adherirse a un virus y detenerlo. Si este último es lo suficientemente fuerte, puede crear una respuesta duradera a la infección que proporcionará protección futura al sujeto.
Para evaluar la duración de la respuesta de anticuerpos, los autores investigaron 121 donantes de plasma. En estos pacientes, encontraron anticuerpos estables durante un período aproximado de cinco meses.
Los científicos a cargo de esta investigación, reconocen que estos datos todavía no aportan evidencia concluyente de que estos niveles sean capaces de proteger frente a la reinfección ni que todos los individuos tengan la misma durabilidad.
Anteriormente, los estudios indicaron que los anticuerpos duraban pocas semanas, lo cual hacía que las reinfecciones representaran la amenaza de una temporada eterna de COVID-19. Lo que quedó descartado con esta nueva investigación realizada sobre 30.000 personas en Islandia que habla de una inmunidad mínima de cuatro meses.