La fabrica en gerencia del grupo de los hermanos Ruiz es un gran foco de contagio y crece la alarma entre los trabajadores. “Que se enfermen despacio”, repiten los dueños.
A fines de marzo pasado el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro (SOEASI) denunció, de manera pública a través de los medios de prensa y en forma privada ante funcionarios provinciales, a la patronal de la empresa por no cumplir con los protocolos necesarios para preservar la salud y la vida de los trabajadores
Las respuestas gubernamentales no existieron y las de Diego Ruiz, mandamás del ingenio, fueron una muestra ejemplificadora de la deshumanización a la que han llegado ciertos empresarios en su desmedido afán de lucro: “que los empleados se enfermen despacio”, dijo ante cámaras de televisión, para no entorpecer la zafra y la producción.
Zoilo Vilca, de 56 años, quien trabajaba en el sector de laboratorio, era uno de los que debían “enfermarse despacio” y murió en el hospital de la ciudad de Guemes.
Casi 300 contagiados en la fábrica también padecieron -y aún padecen- los efectos de ese virus maldito que recorre el mundo. Y medio millar de obreros azucareros de Salta también padecieron -y aún padecen- los efectos de los despidos producidos por patrones insaciables desde hace más de dos años.
Mariano Cuenca, secretario general del SOEASI, dijo tras enterarse del fallecimiento de Vilca que “me pregunto hasta cuándo durará la indiferencia oficial por la situación que arrastramos desde enero de 2018, cuando una patronal cerró el ingenio para que otra empresa entrara en escena con centenares de trabajadores menos, y el cercenamiento de todos los derechos laborales y sindicales vigentes. Estos tipos aplicaron una reforma laboral de hecho y no les fue impedido, mientras que ahora están aportando a diseminar el Covid-19 en Salta tampoco hay alguien que los detenga. Y todo por ganar más plata, que ya la tienen de sobra en Argentina y en el exterior mediante cuentas offshore”.