Los dos discursos de la intendente Bettina “Titi” Romero activaron la curiosidad de los entendidos en estas cuestiones politológicas que analiza la trastienda en el poder. Una versión de la homilía que el domingo pasado dio la alcaldesa llegó a mitad de semana hasta nuestra mesa de trabajo y nos generó un contraste que dejó estupefactos a nuestros redactores.

En verdad, una comparación como si fuesen dos alocuciones totalmente distintas. En este último caso, entre versiones que apuntan sobre la posibilidad de pinceladas innegables de un ex titular de Prensa provincial, una versión conceptualmente medular sobre las necesidades de inversión y las propuestas para el desarrollo citadino.

Sin embargo, los órganos difusores de la gestión titirromerista parece que optaron por un recorte más simplista de aquella redacción original, pero que terminó por desnaturalizar la presentación dominguera ante los concejales capitalinos. Un pase de tijeras que tendió a popularizarlo para el público no habituado a los discursos políticos, si bien privó de profundidad de campo lo que efectivamente señaló Romero hace 6 días en el Balneario.

Una coordinación entre el laboratorio político que acompaña a la Jefa comunal y los encargados de enviar tales mensajes por la vía de los medios de prensa, dinámica que no vendrá mal en un futuro próximo. Al fin y al cabo, en política los errores siempre son susceptibles de ser cometidos, pero lo que marca un porvenir venturoso es suprimirlos a tiempo con miras a lo que resta del camino.