En la sesión del martes, representantes de Cambiemos en la Legislatura salteña se ausentaron al momento de aprobar un proyecto solicitándoles a sus pares salteños en el Congreso de la Nación que intercedan presionando para que se paguen fondos para personas con discapacidad y pensiones no contributivas. (N.B.)

Un Proyecto de declaración aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados puso en evidencia que, cuando se trata de defender la vida en serio, o interceder ante los representantes nacionales, Pro-vidas y oficialistas locales se ponen de acuerdo en no acompañar. El martes pasado se debatió en el recinto del palacio de calle Mitre un proyecto para solicitar a los legisladores nacionales por Salta que intercedan ante el gobierno nacional para que se abonen las cuotas adeudadas a los prestadores de Salud de la ex PROFE -ahora Incluir Salud-. Se trata de alrededor de 20 instituciones que prestan servicios a cerca de 50 mil personas con discapacidad y beneficiarios de pensiones no contributivas. Más allá del atraso en los pagos, que lleva unos seis meses, la preocupación de los beneficiarios y las prestadoras apunta a los posibles cambios derivados de la nueva estructuración de los ministerios.

Desde este mes, unos 200 centros de diálisis de todo el país, dejaron de atender a pacientes del programa Incluir Salud, por la deuda que mantiene el Estado nacional y que llega a los 250 millones. Esta semana, asociaciones que brindan servicios a personas con discapacidad marcharon hacia la Legislatura en busca de respuestas por parte de los diputados provinciales. Según se relató sobre la sesión, al momento de la votación se levantaron de sus asientos los representantes del PRO: Andrés Suriani, Gladys Moisés, Martín de los Ríos y Norma Lizárraga; y de la UCR: Mario Mimessi, Humberto Vázquez y Héctor Chibán. Este último salió al cruce de lo irrefutable. Se defendió negando haber estado ausente durante la votación y denunció una maniobra de Gustavo Ruberto Sáenz.

Según la interpretación del legislador radical, detrás de las versiones que lo señalaban como ausente durante la votación está la mano del intendente, que tendría la intención de influir en las elecciones internas del partido centenario del domingo 9. Si bien las intenciones del jefe comunal capitalino son innegables -inclinar la balanza hacia el lado de la oposición, hoy encarnada en Luis Zavaleta tras la salida de Federico Núñez Burgos- los hechos concretos demuestran que el diputado, efectivamente se encontraba ausente durante la votación. No sólo las crónicas periodísticas relatan haber presenciado el momento de la retirada, sino también los extensos documentos fotográficos y fílmicos dan cuenta de que las bancas PRO y radicales se encontraban vacías cuando se votaba el proyecto de declaración.

En el seno del PRO salteño hay silencio de misa respecto de lo ocurrido el martes. Principalmente por parte de Andrés Suriani, quien no le viene haciendo mucha honra a su mote de «pro-vida».

El diputado negacionista de la homofobia y los femicidios hace oídos sordos al reclamo de vecinos de toda la ciudad, que protestan contra la instalación de antenas de telefonía; proyecto que tiene como principal lobbysta a su hermano, el titular del ENACOM, Mariano Suriani. El legislador PRO, que supo participar de las sesiones con chalecos con inscripciones de «Sí a la vida», dejó en evidencia que cuando no hay slogans de por medio, la vida vale lo que su partido esté dispuesto a tolerar, en general muy poco.