Greenpeace publicó un informe anual sobre la deforestación en el norte argentino. En el 2016, Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa desmontaron más de 40.000 hectáreas de bosques protegidos.
La superficie, enfatiza el informe, es equivalente a dos veces el tamaño de la ciudad de Buenos Aires. El informe fue difundido en la semana con el título “Deforestación en el norte de Argentina. Informe Anual, Enero del 2017”. El mismo cuenta con una introducción, un capítulo dedicado a explicar la metodología de trabajo empelada, otros cuatro dedicados a las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, y un apartado final en donde se exponen las conclusiones.
En la introducción se enmarca la situación recordando que el país se encuentra en emergencia forestal en tanto en el año 2014, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) advirtió que aquí ocurre el 4,3% de la deforestación global y que en la última década fue “la principal fuente de emisiones de carbono del norte argentino”. También se cita en el documento un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que ubicó a nuestro país entre los diez países que más desmontaron durante los últimos 25 años: se perdieron 7,6 millones de hectáreas, a razón de 300.000 hectáreas al año.
“Cabe señalar que el 80% de la deforestación se concentra en cuatro provincias del norte: Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco. Las principales causas de la pérdida de bosques son el avance de la frontera agropecuaria (soja transgénica y ganadería intensiva) y los incendios”, precisa el escrito que recuerda que a casi diez años de la aprobación de la Ley de Bosques, “su efectiva implementación enfrenta dificultades que deben ser resueltas de manera urgente”.
El informe, como adelantáramos, revela la superficie deforestada entre enero y diciembre de 2016 en las provincias de Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco.
Para el caso salteño, Greenpeace computa 24.130 hectáreas deforestadas. La cifra es inferior a las de las otras tres provincias analizadas aunque hay quienes aseguran que ello obedece ya a una cuestión previsible hace años: el avance de la frontera agropecuaria en Salta empezó hace décadas y ahora los principales impulsos empiezan a darse en las otras tres.
De todos modos, a la hora de discriminar los desmontes salteños según las categorías instituidas por la Ley de Ordenamiento Territorial, los cuadros muestran lo siguiente: 1618 hectáreas en zonas donde está prohibido los desmontes (categoría rojo según la LOT);
3225 hectáreas en zonas donde según la ley sólo puede realizarse aprovechamiento forestal; 19234 hectáreas en áreas permitidas; y 52 en lugares que no estaban categorizados.
Según explican los ambientalistas, para visualizar los desmontes se descargaron imágenes Landsat 8 Surface Reflectance OLI/TIRS obtenidas del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS); una vez descargadas se procesaron utilizando el ENVI (software de procesamiento y análisis de imágenes) transformándolas en falso color compuesto (RGB combinación de bandas 5-6-4). Esa combinación, explican, permite distinguir los diferentes tipos de vegetación.
“Las imágenes procesadas se trabajaron con el sistema de información geográfica QGIS 2.14.3. Las áreas transformadas fueron detectadas mediante la interpretación visual de las imágenes 2015 y 2016 superpuestas. De esta manera se puede ver en qué mes ocurrieron los desmontes. La incorporación del desmonte a la capa vectorial se realizó dibujando un polígono sobre la imagen y completando los datos del año y del mes”, finaliza el reporte a la hora de explicitar la metodología que utilizaron para el análisis.
En el apartado de las conclusiones, los activistas recuerdan que la superficie desmontada durante 2016 en las cuatro provincias fue de 112.252 hectáreas: un 50% menor al promedio anual previo a la sanción de la Ley de Bosques.
Sin embargo, enfatizan, más de un tercio de la deforestación se produjo en bosques protegidos por la normativa (clasificados en las Categorías I – Rojo y II – Amarillo), alcanzando las 41.595 hectáreas. En Santiago del Estero 32.691 hectáreas, de las cuales 22.441 eran bosques protegidos; en Formosa 28.269 hectáreas, de las cuales 562 hectáreas eran bosques protegidos; en Chaco 27.162 hectáreas, de las cuales 13.749 hectáreas eran bosques protegidos; y en Salta 24.130 hectáreas, de las cuales 4.843 hectáreas eran bosques protegidos.
A la hora de la precisión conceptual, el reporte precisa que los bosques nativos que fueron clasificados por las provincias en las Categorías I – Rojo y II – Amarillo de sus Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos deben continuar en pie porque su destrucción tendría un impacto ambiental significativo y afectaría seriamente a muchas comunidades.
“Permitir el desmonte en esas zonas vulnera en forma flagrante la ley nacional vigente e ignora las demandas de la sociedad. Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar la deforestación en zonas protegidas y que, salvo unas pocas excepciones, no se reforestaron los bosques desmontados ilegalmente. Por otra parte, en muchos casos es clara la complicidad de los funcionarios en la violación de la normativa”.
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Mi militancia consiste en generar conciencia en el otro; tuve esos momentos donde te dejas llevar, es muy difícil estar con una hija sola, el “macho” consigue manipular por el lado económico, físico y verbal pero por suerte en esos momentos de debilidad pude empezar a reconocer algunas cosas que iba viendo; agradezco mucho a las minas que hace tiempo vienen escribiendo e informando sobre temas de violencia. Empecé a decirme a mí misma “pará esto no me gusta, esto no está bien”