La cuestión de la amistad es de grados y de gestos. Al menos, así lo entiende el diputado nacional Martín Grande y en particular a su vínculo con el empresario Matías Huergo, hoy requerido por la justicia federal en la causa Arcadio.

Mientras el propio legislador nacional parece una suerte de Clark Kent que pasa a la condición de Superman, ni bien traspone el umbral de la celda que habitaba en enero de 2019 MH, figuras de mayor relevancia asoman como las apuntadas a dar fe al respecto.

Este miércoles, Grande intentó explicar las circunstancias en las que en enero de 2019 concurrió por sus propios medios a la sede de la Policía Federal donde Huergo estaba cumpliendo una preventiva. De tal manera, al arribar al calabozo era amigo del empresario, mientras que al cruzar el umbral y advertirle sobre los efectos jurídicos de la causa en la que estaba cumpliendo pena a cuenta, ya no.

Tal como aconseja la humildad acorde a una figura política de sus características, Grande señaló: “Yo fui a ver a un amigo a la cárcel, a la detención que cumplía en la Policía Federal”, le dijo este miércoles al colega Jorge Calvo, en su programa ´Quo Vadis´, en Radio 10. En contraste a una apreciación hecha por el defensor del empresario –Sebastián Espeche- el parlamentario precisó que “Matias Huergo y cualquier persona corriente invita a la gente que quiere y reconoce como amigos; por eso, ese día estábamos en el casamiento…”.

Es más, ahondó en precisar que conocía a MH desde que había sido gerente de Telecom, 20 años atrás, a lo que agregó que no sólo habían mantenido una relación estrecha “sino que también eran amigas nuestras mujeres”.

De todas maneras, Grande se excusó de continuar en este cruce con el letrado, debido a que tenía que ingresar al Juzgado Federal donde debía prestar declaración en el caso Arcadio. Esta vez, contra su ex amigo.

Puede que haya cambiado el Código de procedimientos, dado que la última referencia que tenemos por esta redacción es que la condición esencial para ofrecer una testimonial está planteada en torno al grado de amistad o no con alguna de las partes de una causa. Algo que convalida o invalida lo que diga el declarante.