La precarización laboral al mango desembarcó en Salta.

Glovo se vende así: “sé tu propio jefe. Flexibilidad de horarios, ingresos competitivos y la oportunidad de conocer tu ciudad”. Dicen también: “Lo que ganes por pedido dependerá de tu experiencia y tus valoraciones”.

Para trabajar en (o con) Glovo sólo hace falta una bici o una moto, un teléfono y ser mayor de 18. Glovo es técnicamente sólo una aplicación: alguien hace el pedido y el cadete acepta o no llevar ese pedido a un lugar. No hay aportes. No hay responsabilidad.

Glovo ya estaba generando polémica en Buenos Aires y ahora que desembarcó en Salta, salió un concejal a decir que si un cadete tiene un percance, es inmediatamente bloqueado por la aplicación, es decir, pierde el trabajo.
El edil Martín del Frari repudió “el permiso” con el que cuentan por parte de la Municipalidad ya que no les prohibió trabajar reguladamente.

Del Frari además recordó que existe una ordenanza que no permite a ciclistas y motociclistas circular con “enormes cajas” como mochila en la espalda, lo cual, dificulta la visualización.