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Fundación privada

Los contratos de Abel Ramos, no se estatizan. Contradicciones de la revolución U.

La fiebre reestatizadora que afectó al gobierno salteño, se habría curado repentinamente, cuando se les consultó por los contratos de Eduardo Abel Ramos en los hospitales públicos. En este caso se terminó el presunto chavismo U, que en los últimos meses expropió Aunor o el Tren a las Nubes. Sin importar la pésima calidad del servicio brindado por el camillero millonario, la privatización explotada por el diputado, se queda a toda costa.

Esto lo confirmó el propio Ministro de Salud de Urtubey, el renovador Oscar Villa Nougués. “El ministro de Salud, aseguró que a pesar de las reiteradas multas a la fundación vinculada a Eduardo Abel Ramos, no se estatizarán los servicios que brindan”. La confirmación la brindó el funcionario, en un ciclo televisivo local, que se encargó de mostrar la deficiencia del servicio que se ofrece en el hospital San Bernardo. Anteriormente otros medios de comunicación habían denunciado hasta sabanas –supuestamente limpias- remitidas de nuevo al hospital, con excremento.

El ministro de salud fue claro y aseguró, que a pesar de las multas, la fundación Trabajo y solidaridad continuará brindando servicios tercerizados a la Provincia. La fundación fue creada por Ramos durante el gobierno de Urtubey, para evitar pagar impuestos e indemnizaciones laborales.

La escandalosa privatización fue entregada por el romerismo al gremialista millonario, pero al gobierno de “el cambio” parece tenerlo muy conforme.  Villa Nougués aseguró que existen distintos métodos, para que los servicios sean realizados por el Estado, pero que por el momento la Provincia no se hará cargo del trabajo que desempeña dicha fundación. La reestatización sólo parece posible cuando los intereses económicos de un grupo así lo ameritan. El sostenimiento de otras privatizaciones también. La revalorización del gobierno como administrador de la cosa pública, lejos está en Salta de ser una política de Estado. Ramos sigue o sigue.