El sistema penitenciario argentino ha sido fuente de creación de imaginarios sociales con respecto a su contexto. La Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta posee un programa de intervención pedagógica en unidades carcelarias de la Ciudad de Salta a través de la carrera de Ciencias de la Comunicación. (Juan Pablo Vazquez)
La Universidad Nacional de Salta, más en específico la Facultad de Humanidades, posee un programa de intervención pedagógica en unidades carcelarias de la Ciudad de Salta. En la misma estudiantes y docentes de distintas carreras asisten y realizan un trabajo fino sobre un grupo de alumnos que realizan estudios de educación superior a través de la misma, los cuales pertenecen a la Unidad Carcelaria N° 4 de mujeres, la Unidad carcelaria N°1 de varones y la unidad N°6 (mejor conocida como La Granja), además del centro de niños y adolescentes en conflicto con la ley (que se encuentra al lado de la Universidad).
Los antecedentes de dicha cohorte se remontan al año 2007, momento en el cual un conjunto de individuos pertenecientes al sistema penitenciario solicitaron ser estudiantes de la carrera de Ciencias de la Comunicación, por aquel entonces recientemente abierta en 2006. Previamente la Radio perteneciente a esta institución académica venía realizando un trabajo en conjunto a los jóvenes a través del programa radiofónico “Libres en contextos de encierros”.
La creación de dicha comisión se llevó a cabo al mancomunar esfuerzos de distintos grupos de la unidad académica que realizaban labores institucionales pero separados dentro del penal, tal como es el caso de la catedra de Pedagogía Social de Ciencias de la Educación. Dicha articulación permitió un trabajo comunitario, y por ende, más facilitado de estos grupos.
Dialogamos con miembros de esta comisión para poder conocer los motivantes que llevaron a realizar este tipo de pedagogías alternativas.
La Pedagogía Social
Silvana Coria es una estudiante perteneciente al Profesorado en Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Salta, quien forma parte del trabajo realizado por esta comisión, al ser partícipe del equipo catedrático, como tutora que trabaja dentro de la Unidad Carcelaria N°4 de Mujeres del Penal de Villa Las Rosas, nos comentó como es que llegó a pertenecer a esta comisión.
“Mi acercamiento con este tipo de prácticas pedagógicas se fue dando a través del conocimiento de la educación en estos espacios con toda una impronta desde la educación popular e intervenciones desde la pedagogía social, que es una materia que abordamos en nuestra formación” afirmó Silvana, quien además añadió que su cercanía a estas prácticas se concretó ya que “era necesario que encontrara espacios donde la educación es importante como un modo de inclusión, el poder estar en lugares donde la educación es una herramienta y que con el pasar del tiempo uno va llenando de sentidos”.
Al ser consultada sobre la valoración que la misma hace sobre las estudiantes que forman parte de dicha cohorte, Coria afirmó que “desde mi lugar de facilitadora y tutora la evaluación que puedo hacer es que las chicas han avanzado muy rápido, se nota su interés real con respecto a la carrera. Hemos avanzado fuerte en estrategias de conocimiento del calendario académico y el plan de estudios, además de discutir los roles del comunicador social. Realmente las chicas ven en la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación una herramienta, una esperanza y visualizar otros horizontes”.
Una política abandonada
María Juncosa Llimos es ex Directora general a cago del área y ha sido reconocida por su labor en cuanto a la educación juvenil en contextos de privación de libertad. “Maripi” como se la conoce afirma que en la actualidad “no hay una real inclusión ni unas partidas presupuestarias reales para invertir en este tipo de educación. En lo que es secundarios no hay profesores por lo que se dicta por sistema virtual, pero se nota una falta de capacitación en el área, aparte de ser una labor muy difícil ya que el ingreso y egreso de los chicos se da en cualquier época del año”.
Además, Juncosa afirma que luego del egreso de los menores “se vuelve complicado poder ubicarlos en escuelas para que puedan seguir sus estudios normalmente, realmente es una labor de hormiga y lucha diaria con las escuelas para que realmente puedan incluir”.
La falta de interés por profundizar este tipo de prácticas de inclusión invisibilizan muchas experiencias de aprendizaje y reinserción de jóvenes/adultos en conflicto con la ley penal, pero que encuentran en la educación la posibilidad de transformar su propia realidad.
Es de destacar programas como el de la Comisión en Contexto de encierro, y la labor que educadores y estudiantes realizan en conjunto. Recurrir a caminos fáciles y punitivos es a lo que nos ha acostumbrado la sociedad, pero recurrir a prácticas alternativas y que busquen una real reinserción y cambio son experiencias a las que los gobiernos deben poner en valor a través de financiamiento y políticas que acompañen estas trayectorias. En los contextos de encierros suceden muchas problemáticas difíciles de abordar, pero también es necesario destacar los esfuerzos por torcer esa realidad.