Un breve repaso de un tiempo no muy lejano cuando la actual directora del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, María Laura Postiglione, y la coordinadora de la agrupación MuMalá, Malvina Gareca, criticaban al gobernador salteño por las políticas de género que ahora defienden. (María Del Cerro)
Hay quienes sostienen que la política es el arte de los acuerdos; requiere de estrategias, pactos, sentarse a la mesa de quien a la mirada propia no es visto con buenos ojos. Esos mismos suelen definir que se es exitoso políticamente cuando se logran ciertos objetivos, ciertos fines, aunque eso signifique renunciar a convicciones o ideales.
Sucede que en la semana que hubo un nuevo femicidio en Salta, la provincia que desde hace años y pese a estar en emergencia social por violencia de género sigue encabezando las tristes estadísticas de la violencia extrema, el diputado nacional Pablo Kosiner, junto a la referente de MuMalá Salta, Malvina Gareca, presentaron un proyecto para declarar la emergencia en violencias de género en el país. El año pasado en pleno debate sobre el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, Kosiner junto a los otros 6 diputados nacionales por Salta, votó en contra del proyecto de ley que busca garantizar que el Estado se haga cargo de un derecho fundamental de las mujeres como lo es el acceso a la salud pública.
Kosiner y Gareca al parecer se olvidaron que el aborto clandestino, también es violencia de género.
En política dicen estos mismos que defienden los acuerdos, no importan las contradicciones, los detalles se olvidan y lo que sirve siempre es figurar. Y sino mírenlo a Alfredo Olmedo. Otra cosa importante a tener en cuenta, dicen los que se autodenominan “operadores políticos” y no reniegan de ello, es tener un buen ejército de defensores pagos, por supuesto. Estos deberán salir a “bancar los trapos”, defender lo indefendible, tirar halagos por donde puedan y ocupar mucho de su tiempo en redes sociales megusteando o dejando comentarios que dejen bien parados a los “caras visibles”.
Las mismas contradicciones de quienes dicen solo defender una causa loable y no estar detrás de intereses personales como obtener una candidatura o conseguir un cargo en el Estado, se manifestaron en 2017, cuando ambas representantes de Mumalá Salta apoyaron la candidatura del cuestionado “chico malo” Valenzuela. Postiglione al ser consultada por la prensa sobre esto respondió: “Los diputados son quienes tienen que estipular cuales son los requisitos para que una persona pueda ser candidato, hasta que esto no se haga se va a criticar a quienes acompañen”. Sin embargo, dijo que “le preocupa” que en todos los espacios haya candidatos con denuncias.
A las representantes del feminismo de Estado pago tampoco les importó mucho un documento firmado por la Multisectorial de Mujeres de Salta, CLADEM, Comisión de la Mujer UNSa, Abogadxs del Instituto Jurídico de Género y Mujeres Trans Argentina, en donde repudiaban: “la candidatura a Senador por Capital, por el Frente Unidad y Renovación, de Adrián ‘Chico Malo’ Valenzuela denunciado por violencia de género, por privar a su hijx de la cuota alimentaria adecuada para su subsistencia y calidad de vida, por reconocimiento de filiación ante su negativa a asumir la paternidad, por maltrato e incumplimientos laborales y por cuestiones de índole comercial que concluyeron con embargo sobre sus bienes. Lo grave de esta situación, es que su candidatura está avalada, financiada y sostenida por el gobierno de la Provincia que encabeza Juan Manuel Urtubey, quien tiene la obligación de generar políticas públicas para erradicar la violencia machista”. El “Chico Malo” negó todas las acusaciones e igualmente siguió en campaña caminando los barrios.
Críticas sólo cuando conviene
Apenas decretada la Emergencia social en violencia de género, la abogada, representante del Poder Judicial y actual presidenta del Observatorio de violencia contra las mujeres, Laura Postiglione, difundió una misiva que hoy debería borrar puesto que la deja en evidencia.
Bajo el título: “Salta, de la declaración de emergencia a la entrega de gorras y globos violeta”, señalaba respecto al anuncio de la creación de 5 juzgados de Violencia Familiar y de Género: “Los juzgados todavía no se implementaron, sin embargo, antes de existir fueron publicitados durante varias semanas en luminarias por todo el centro de la ciudad, casualmente durante los días de celebración del Encuentro Nacional de Mujeres”. Además hacía mención al “deficitario sistema de asistencia a las víctimas”, algo que persiste.
En aquella ocasión quien ahora defiende cada actividad oficial, criticaba que hubieran decidido hacer “una caminata alrededor de la Plaza 9 de Julio, para la difusión de nuestros derechos, con entrega de folletos, gorras y globos violeta: una actividad poco feliz que demuestra la exigua importancia que este gobierno le da a la violencia hacia las mujeres”.
En otro comunicado público, difundido hace algunos años, la letrada señalaba: “para Urtubey las mujeres somos ciudadanas de segunda”.
En 2019 para Postiglione todo cambió. Resulta que ahora Urtubey es bueno y las salteñas son ciudadanas de primera.
Por ultimo quizás resulta pertinente recordar cuando la actual directora del organismo oficial repudiaba que el exministro de Seguridad de Salta, Maximiliano Troyano, fuera candidato a ocupar una Fiscalía Penal del Ministerio Público de la Provincia de Salta después de sus dichos machistas culpabilizando a las propias víctimas de un ataque sexual y por tanto “no debía ser nombrado”. La actual representante del Poder Judicial en el Observatorio tampoco emitió palabra ante una nueva designación del exministro. La prueba que para Urtubey las mujeres siguen siendo “ciudadanas de segunda” pese a que algunas feministas se empeñen en maquillarle la realidad es que Troyano fue igualmente nombrado fiscal y prosiguió con su carrera judicial sin que nada ocurra.