Qué sucede con las invisibilizaciones «de clase” ante asesinatos de mujeres de las clases altas y exclusivas.

Aunque existe hasta hoy una amplia cobertura sobre el femicidio seguido de suicidio de Silvia Saravia en su casa de Martindale Country Club, un exclusivo barrio cerrado ubicado en el municipio de Pilar, las informaciones comprometidas con la visibilización de derechos de las mujeres han puesto el ojo en la invisibilización de la mujer víctima. En primer lugar se difundió por ejemplo cómo los anuncios fúnebres publicados en el diario de Mitre, en su mayoría, aparecía el nombre del empresario Jorge Neuss, en primer lugar. También generó repercusión luego de que la directora del Malba y amiga de Saravia, Gabriela Rangel, cuestionara el modo en que distintos medios la retrataron: «como un apéndice mudo».

También la fundadora del proyecto educativo «Mujeres que no fueron tapa», Lala Pasquinelli, consideró que es necesario elaborar «protocolos de comunicación que no invisibilicen la violencia contra las mujeres pero que tampoco la propaguen».

«Ella aparece como una sombrita, la señora detrás de este gran señor respetado y respetable, que ni siquiera aparece como un femicida», resaltó.

En relación al relato sobre el femicidio de Saravia, Pasquinelli dijo que se notó la ausencia de «detalles escabrosos» como los que desde Mqnft se advierten y critican en la cobertura que hacen los medios en este tipo de hechos, ya que «el morbo y espectacularización de la violencia generan más violencia e imitación».

“No se la revictimiza como en los casos de femicidios de mujeres que no pertenecen a esta clase social alta, en los que se exponen sus vidas privadas, cómo están vestidas, con fotos de las redes sociales mostrándolas sexualizadas, mientras del femicida no se sabe nada, casi ni se conoce su cara», agregó Pasquinelli.

Por otra parte fue el periodista de C5N, Roberto Funes, quien posee amplio conocimiento sobre la vida de las familias de las clases más acomodadas del país quien relató que Saravia pertenece a la familia salteña y terrateniente Patrón Costas, aunque este último doble apellido no haya sido mencionado en las crónicas del caso.

El empresario asesino

El empresario tenía registradas un total de 30 armas de fuego, entre escopetas, carabinas, fusiles, pistolas y revólveres, entre ellos, el Smith & Wesson calibre .357 Magnum «pavonado» (color negro) empleado en el hecho. Además tenía antecedentes de violencia del que nadie quiso hablar, pero todxs conocían.

Por otra parte según figura en la lista que aportó la compañía telefónica a la Justicia, a las 12.36 y 12.37 Neuss mandó dos SMS a amigos para saludarlos por sus cumpleaños. A las 12.51 se registró en el teléfono de la empleada un llamado a Lucila. Ella explicó ayer que fue para avisarle que algo había ocurrido.

La testigo dijo ayer que ella cree que “no pasaron más de 10 minutos” desde el momento en que vio llegar a su empleadora a la casa y escuchó el primer disparo (que ella creyó que había sido el ruido de un camión), lo cual es coincidente con las pruebas tecnológicas, que indican que a las 12.37 Neuss estaba solo y que a las 12.51 ambos, él y su esposa, estaban muertos.