«Me duele, eso sí, pero al día siguiente reacciono con más fuerza para seguir hablando con la verdad, que es lo que hacemos hace 43 años con mis compañeras, las Abuelas», fue la reflexión de Estela de Carlotto, luego de la exhibición de bolsas mortuorias en la puerta de la Casa Rosada, aludiendo a los vacunatorios VIP que le costaron la cabeza a Gines González García.

Entre esas bolsas había una que decía «Estaba esperando la vacuna, pero se la aplicó Estela de Carlotto», aduciendo que se trató de un «acomodo» y que no le correspondía. Estela de Carlotto tiene 90 años en estos momentos, con lo cual la vacuna le corresponde, como a cualquier persona de su edad. La dirigente de Derechos Humanos que durante la dictadura militar perdió a su hija, Laura, embarazada, tiene una actitud positiva y prefiere hablar del discurso de Alberto en la apertura de sesiones ordinarias. «El discurso fue excelente porque abarcó todos los temas inherentes para el bien del pueblo que gobierna, y defendió a los que merecen ser defendidos. Impulsó el trabajo y endureció los temas vinculados a la Justicia. También se involucró, como siempre, en la defensa de los derechos humanos, por lo cual me siento muy honrada y satisfecha de este presidente que tenemos».

Para la Presidenta de Abuelas, lo ocurrido durante la marcha opositora es grave, se sintió afectada en lo personal y en lo que representa. «Es muy difícil de entender que la maldad sea tan tremenda. Cuando yo estaba mirando televisión el sábado y vi esas bolsas negras tiradas en el piso con mi nombre y el de otras personas, no entendía lo que sucedía. Soy una mujer común, ni siquiera soy una funcionaria. Es por eso que,
si es necesario vamos a realizar una denuncia para que esta mujer (Patricia Bullrich) compense el daño que le ha hecho a la democracia».
Un grupo Jóvenes de Unión Republicana fueron los que se atribuyeron el montaje de las bolsas en Plaza de Mayo.
Bullrich, Ulises Chaparro, presidente de JR, los diputados Fernando Iglesias y Waldo Wolff fueron denunciados por incitación a la violencia y apología del delito. Abuelas no realizó ninguna presentación judicial, pero están evaluando con los abogados de la Mesa Nacional de organismos de Derechos Humanos, avanzar en ese sentido.
El grupo de jóvenes de no más de 20 años «no sabe el significado de sus actos», explica Carlotto. En televisión uno de ellos intentó justificar su accionar, diciendo que dentro de las bolsas negras había solo papel. «¿Y qué esperaban, que hubiera muertos?», se pregunta indignada la Abuela de Plaza de Mayo. «Me cayó muy mal, me dolió mucho y me afectó. Me pregunto hasta qué punto llega la maldad y el odio. Toda esa gente con la bandera de Argentina puesta en la espalda lo que hace es ensuciarla, mostrándola como un símbolo de odio».
Respecto a Bullrich, dijo que recuerda muy bien que cuando ella era parte del anterior gobierno, les decía a los policías que maten por la espalda. «En televisión se animó a decir que, para ella, la presidenta de Abuelas no tenía autoridad moral. Es una mujer cuyo límite no existe para el mal. Su consciencia, su espíritu, y su ánimo están dirigidos siempre a destruir y odiar y lo más grave es que está formando juventudes con esos valores, lo cual debería ser un delito».
Carlotto opinó que, si con esto querían ganar algo, perdieron, porque el rechazo fue general, salvo los opositores que no razonan y llevan de las narices a los jóvenes. «Yo quisiera que ellos reflexionen. Que piensen en ayudar al otro, en ser generosos y no en hacer estas barbaridades».