En el amague de renuncia anticipada del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, mucho tiene que ver la senilidad del ministro salteñó Carlos Fayt de 97 años quien fue señalado en una nota de Horacio Verbitsky como la persona que firma desde su casa y sin demasiada comprensión de lo que lee.

La gravedad institucional de lo que está ocurriendo con la Corte Suprema de Justicia parece no ser dimensionada por el propio presidente de ese órgano: Ricardo Lorenzetti que tras la muerte de dos miembros en el último año; la renuncia de otro (Eugenio Zaforoni) que para diferenciarse del salteño Fayt optó por renunciar a los 75 año que es lo que manda la ley; se hizo reelegir como presidente cuando tal elección debería haberse realizado en enero del año próximo.

Allí apareció el artículo de Horacio Verbitsky del 26 de abril pasado titulado “Corte a la Corte” en donde reseñó que el secretario del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa, Gustavo Arballo, quien no se opone a la reelección de titulares de Corte y considera a Lorenzetti muy buen presidente, consignó en su cuenta de Twitter que “el adelantamiento de la elección –y su difusión en diferido– es injustificable”. Según Verbitky, el secretario  Arballo parecía referirse al ocultamiento que la Corte hizo de lo decidido.

A la hora de explicar el porqué del apuro, el periodista se detuvo en el salteño Carlos Fayt que con 97 años y acodadas en el interior de la propia Corte se mantiene empecinadamente en el cargo. Según Verbitsky, el apuro de Lorenzetti tenía que ver con la situación crítica del cuerpo colegiado, donde hay una vacante sin cubrir y tres jueces con distintas afecciones que dificultan su funcionamiento. “Elena Highton de Nolasco, de 72 años, padece un problema osteoarticular apreciable a simple vista y se ha desmayado dos veces en el tribunal. Juan Carlos Maqueda, de 65, ha sido internado por trastornos cardíacos e intestinales, que le hacen abandonar de improviso sus tareas. Carlos Santiago Fayt cumplió 97 años en febrero, pero es dudoso que lo sepa. Rara vez asiste a la Corte y la bruma avanza sobre él, inexorable como las cenizas del volcán chileno”.

(…) “Lorenzetti convino anticipar la elección con Maqueda, en quien delegó presentar la propuesta. Era preciso hacerlo ahora, dado que si la caducidad de Fayt redujera la Corte a tres miembros Lorenzetti sólo podría retener el cargo votando por sí mismo, como hizo hace dos décadas su inolvidable antecesor Buby Nazareno. Ahora, en cambio, fue designado por sus tres colegas pero él votó por Highton de Nolasco, también reelecta como vice. El arriesgado plan que Lorenzetti le propuso a Maqueda era mantener la votación en secreto y oficializarla sólo si el Poder Ejecutivo propiciara la ampliación del número de miembros de la Corte o la inhabilidad de Fayt se hiciera inocultable pese al actual sigilo sobre su estado. Sin embargo, al día siguiente, la Corte la difundió en su página de Internet, lo cual motivó el disgusto de Maqueda. Lorenzetti lo calmó atribuyendo la filtración a un error de la burocracia y exhibiendo la conformidad de los medios que a ambos les importan”.

Lorenzetti le escribió una carta a Horacio Verbitsky, quien había revelado en Página/12 irregularidades en su re-re-reelección. También anunció su decisión a dos de sus colegas, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, en una reunión informal.

La nota de Verbistky tuvo amplias repercusiones y ayer Ricardo Lorenzetti anunció su decisión de renunciar a la presidencia de la Corte Suprema pese a haberse garantizado hace dos semanas la re-re-reelección anticipada entre sus pares para el período 2016-2019, cuando todavía le faltaba cumplir un tercio de su mandato.

Lo hizo en una carta enviada al periodista de Página/12 Horacio Verbitsky, quien había revelado irregularidades en su reelección al cargo. Antes había hecho trascender su intención de dejar la presidencia del tribunal. Así se lo hizo saber a dos de sus colegas, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, en una reunión informal.

El argumento difundido por los voceros del tribunal para justificar el paso al costado es que Lorenzetti siente “cansancio y agobio moral”, después de haber recibido una andanada de críticas. La decisión lleva un reconocimiento implícito a las maniobras que rodearon su votación, como el hecho de que la acordada que definió su elección por un cuarto período dice que se firmó en “la sala de acuerdos del tribunal”, en presencia de todos los jueces supremos, cuando en rigor Carlos Fayt estaba en su casa, donde le llevaron los papeles dos secretarios, tal como publicó Página/12. Los voceros de la Corte aseguraban que Lorenzetti planteó que su idea era dejar la función de presidente, que ejerce desde 2007, a partir de enero del próximo año, pero que continuaría hasta entonces. En la carta que le envió a Verbitsky, en la que le decía que le daba el “inmerecido privilegio” de tener la primicia de la información, aseguraba que dejaría el cargo ahora, que quedarían Highton como presidenta y Maqueda como vice hasta fin de año, y que estimaba que para ese entonces la Corte tendría otra composición y serían elegidas otras autoridades.