La situación en Derechos Humanos sigue siendo precaria. La muerte de Thiago no fue esclarecida y los trabajadores de la Secretaría de Igualdad de Oportunidades exigen cambios de fondo para que la tragedia no se repita. Marianela Cansino asegura que es hostigada mediáticamente y niega su responsabilidad. (Federico Anzardi)
“Estamos actualizando nuesto sitio web. Próximamente tendremos novedades”. Así, con un error de redacción, se excusa el Ministerio de Derechos Humanos en su vacía página oficial (derechoshumanos.salta.gov.ar). El sitio está sin funcionar desde hace tiempo. Apenas hay un link que redirige a una sección del portal del Gobierno (salta.gov.ar) donde se detallan las competencias, la misión y la visión del organismo, además de partes de prensa. Allí se lee que esta cartera debe “entender en la promoción de la igualdad de derechos y de oportunidades de todos los habitantes” y formular “políticas referidas a la niñez, la adolescencia, la tercera edad, género y las personas con capacidades diferentes”.
El caso Thiago pareciera haber puesto en duda la capacidad del Ministerio de Derechos Humanos para poder cumplir con esas premisas. La ministra Marianela Cansino optó por señalar a los equipos técnicos del subprograma Sistemas Alternativos de la Dirección General de Niñez y Familia, dependiente de la Secretaría de Igualdad de Oportunidades del Ministerio, como los únicos responsables. También aceptó la renuncia de la Directora General de Niñez y Familia. Esto desató la indignación de los trabajadores del sector, conocedores de la precaria situación y la floja gestión que se está realizando. Mediante testimonios e informes que revelan que esto se veía venir y que lo que está mal en realidad es la cadena de irresponsabilidades que terminan en lo más alto, los empleados demostraron su descontento.
Mientras tanto, Marianela Cansino continúa intentando desligarse de la muerte de Thiago, ocurrida el 8 de julio. Trascendió que en reuniones realizadas esta semana con trabajadores de la Secretaría de Igualdad de Oportunidades y miembros de ATE, la funcionaria aseguró sentirse hostigada mediáticamente, nombrando a este semanario. Muchos trabajadores, incluyendo a algunos delegados gremiales, que apoyaban a los empleados afectados, estuvieron de acuerdo con la percepción de la ministra. En esos encuentros, Cansino también mostró fotografías de la hermana de Thiago, internada con signos de violencia física y desnutrición.
Como bien lo asegura la editorial de este número (ver Una gran causa para lavar la cara a responsables), Cuarto Poder no hostiga sino que transmite lo que dicen los propios trabajadores del Ministerio que Cansino lidera. Los mismos que dicen que esta es la peor gestión en Derechos Humanos. Los datos y las versiones de su flojo desempeño al frente del organismo coinciden en las voces consultadas. La falta de idoneidad para su cargo también se refleja en los datos concretos, contundentes, también surgidos del propio Ministerio y más pesados que operaciones para desviar la atención.
La precaria situación en la Secretaría de Igualdad de Oportunidades no es novedosa. La gestión anterior en Derechos Humanos, a cargo de María Pace, era sumamente criticada. En octubre de 2013, los trabajadores de la Secretaría se manifestaron en las calles del centro. “Hace un año que estamos realizando una serie de pedidos de mejoras laborales. Necesitamos que se reconozca el trabajo de los compañeros como actividad crítica. Nuestros trabajadores tenían ese ítem pero se los sacaron arbitrariamente, por eso estamos pidiendo esta devolución. Hay que tener en cuenta que la tarea que llevan adelante es realmente de riesgo y de gran compromiso psicológico, a esto tenemos que agregar que son muy pocos, incluso a veces hay dos personas a cargo de 16 o 17 chicos de riesgo, o abuelos con muchas dificultades cuando en realidad hay sesenta vacantes que todavía no se han cubierto”, decía en esos días Juan Arroyo, secretario general de ATE.
El informe presentado por Cuarto Poder la semana pasada confirma que dos años después, las cosas siguen igual, o peor.
Las voces que revelan el pésimo estado interno de Igualdad de Oportunidades siguieron levantándose en las últimas horas ante la evidente falta de cambios concretos que busquen una salida real al problema. Son muchos los trabajadores que aseguran que con una modificación de nombres en los equipos técnicos y la dirección no se resolverá demasiado, ya que el verdadero inconveniente es la falta de recursos y de personal, además de un ministro y secretarios con capacidad para gestionarlos.
Cuarto Poder tuvo acceso esta semana a la realidad de los Pequeños Hogares (PH) que funcionan bajo la supervisión del subprograma Sistemas Alternativos. En ellos se busca una pareja o una persona responsable para cuidar a los niños en una vivienda que provee el Estado. Suelen ser casas comunes, porque se busca funcionar como una pequeña familia. El Estado otorga 600 pesos mensuales para cada chico y colabora con el pago de los servicios de la vivienda y 1.800 para ayudantes que trabajan unas tres veces por semana durante pocas horas al día. Los responsables de los PH ponen dinero de su propio bolsillo para cubrir otros gastos.
Esta semana se supo que los equipos técnicos separados de su cargo por la muerte de Thiago transmitían los faltantes de recursos y las demoras en los pagos que sufren los Pequeños Hogares. Esas son los dos reclamos que los responsables de los niños vienen realizando desde hace años sin obtener respuestas.
“Desde el subprograma se realizaron acciones y medidas paliativas que son a corto plazo y con desgaste de los adultos responsables, ya que la problemática de base -económica y de recurso humano- no depende de este subprograma. Es necesario tomar medidas reales y efectivas para garantizar el adecuado funcionamiento de los dispositivos, ya que de continuar con la problemática del recurso humano, es imposible continuar sosteniendo los Pequeños Hogares”, finalizaba el análisis sobre Sistemas Alternativos presentado por este semanario en su número anterior.
El dinero que reciben los responsables de los Pequeños Hogares para cubrir las necesidades de los chicos que tienen a cargo (siete en muchos casos, once en algunos) llega tarde. Lo cobran después del día 20 del mes vencido. Es decir que, por ejemplo, la plata de enero se cobra a fines de febrero. El gobierno de la provincia tercerizó el pago mediante un acuerdo con la Municipalidad de Salta, que se encarga de repartir los montos después de realizar el control de los tickets y recibos que presentan los responsables.
Los responsables de los hogares trabajan en una situación de precariedad, ya que se encuentran como voluntarios, sin percibir sueldos, realizar aportes ni tener obra social. Este fue uno de los reclamos que los propios responsables realizaron en una reunión colectiva mantenida con Cansino en enero de este año. La ministra los recibió durante treinta minutos después de más de un año de insistencia y posteriores amenazas de llevar el tema a los medios. En la reunión, la funcionaria no supo quién era una de las trabajadoras de la Secretaría que le mencionaron y se negó a brindarles una obra social a los responsables.
En ese encuentro hubo un compromiso de equipamiento de los Pequeños Hogares. Entonces se confeccionó la lista de necesidades: desde heladeras hasta mejoras edilicias. La plata con la que se pagarían esos artefactos correspondía a fondos liberados en enero que todavía no aparecieron.
Durante el 2014, Cansino no recibió a los responsables. Sólo hablaron en mayo con el coordinador del Ministerio de Derechos Humanos, Fernando Martinis, quien les dijo que la ministra no las podía atender. En esa reunión, manifestaron sus reclamos: no tenían qué dar de comer a los chicos porque no salían los pagos y no había aumentos. El funcionario se comprometió a que el 5 de junio de ese año la ministra les entregaría bolsones. No fue así. Pasaron dos meses e hicieron llegar bolsones al programa que se entregaron a cada Pequeño Hogar dependiendo de la cantidad de chicos que vivían en cada uno.
Para la gente que trabaja de manera cotidiana con los chicos y los tratan como sus propios hijos, lo que pasó con Thiago es inexplicable según los hechos presentados hasta ahora. Opinan que los equipos técnicos nunca se desempeñaron de manera incorrecta ya que iban a las casas a supervisar la realidad del lugar y presentaban notas para que se solucionaran los inconvenientes. Confían en ellos porque vieron las notas entregadas. Y ponen en duda otros aspectos del control: en uno de los PH de la ciudad hay un chico recién ingresado, proveniente del Hogar Cuna, también dependiente del Ministerio, que presenta bajo peso. Sin embargo, el informe remitido desde Cuna decía lo contrario.
Según varios responsables de Pequeños Hogares, se está priorizando la cantidad de chicos que se están sacando de la calle en lugar de la calidad de vida que se les está ofreciendo. Creen que para la gente que está estructurando el programa sirve el número de niños, pero de nada sirve hacinar a los chicos porque el programa se pervierte. Consideran que hacen falta más hogares, mejor administrados y dejar de usarlos políticamente para que cierren ciertos números.