En las últimas horas se viralizó un tuit del Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Martín Menem.
Se trata de una táctica demagógica que liquidó a precio vil 42 automóviles en distintas situaciones y condiciones. A ojo se calcula que por cada vehículo, algunos de alta gama y otros en estado de total destrucción, el fisco recaudó un promedio de siete millones de pesos.
Por otra parte si nos alejamos del precio fiscal determinado en un remate a través del Banco Ciudad que en principio no fue del todo público hasta que se determinaron los destinos de los primeros y más valiosos automotores. Para el resto de los autos se prosiguió a publicarlos por partes en el mismo sitio web del Banco Ciudad.
Hasta el 10 de mayo se terminará de rematar el total de los vehículos que puso a disposición el cuerpo de diputados nacionales. Se trata de 46 autos que dejarán de estar a disposición de los legisladores para “rendir” como ingresos a las arcas del Estado.
Vale aclarar que en su mayoría fueron rematados a precios que rondaron el 50% del precio de mercado. Todo ello termina siendo un síntoma de época de cómo se manejan los recursos del estado para ingresar pequeños montos que resultan ser casi un sueldo de diputado.
Para la tribuna puede ser un gesto de austeridad, pero en los hechos se trata de una maniobra que perjudica el patrimonio del Estado en tanto se podría haber vendido a precios de mercado y obtener un mejor ingreso.