Por Aquiles Meo de Latorre

Como una mancha de petróleo en el mar, comenzó a extenderse un rumor que, a esta altura, va tomando ribetes de escándalo sobre las varias veces anunciada implementación del expediente digital. Especie de saumerio sanador que curará a la justicia de todos sus males. Incluso de la falta de fondos. Coincidió el 1 de agosto, para algunos día del diablo, para otros día en que se aparecen los antiguos tapaos, que eran los tesoros enterrados en la época colonial. Donde habrá un tapadito para que aparezcan los fonditos, silbaba esta semana un asustado magistrado en la Ciudad Judicial. 

Hasta la Corriente Belgraniana que comanda el risueño de sí mismo, Nicolás “El Papicho” Juárez Campos, sacó un comunicado con muchos detalles precisos donde cuentan la hasta ahora frustrada instalación del ahora llamado expediente de la felicidad. Nadie entiende nada. Esta semana el ex ministro de justicia macrista Germán Garabano brindó una conferencia por zoom auspiciada por el Colegio de Abogados. Garabano es quien puso y mandó la tarasca para el ahora llamado expediente de la felicidad, también conocido como la cajita feliz dicen algunos, porque parece que tiene premio. En medio de todas esas versiones, se anunció, como por tercera vez (antes en 2018 y después en 2019), que el expediente de la felicidad funcionaría a fin de año y ya estamos en agosto. Mes del diablo, si los hay. O ¿será que el diablo sabe más por viejo que por diablo? ¿o por diablo que por viejo?, no sé, ya no me acuerdo el dicho.Pero cuando el diablo mete la cola, de eso sí me acuerdo.

Mientras tanto, empezaron a aparecer cosas más raras. La adjudicataria del expediente de la felicidad es la empresa Unitech S.A, defenestrada en un artículo de Pagina 12 donde cuenta las ventajas de asociarse a un “Estado bobo” así, con esas palabras. Parece que hace rato que Unitech viene haciendo negocios favorables solo para ella, con el Ministerio de Transporte, la Agencia de Seguridad Vial, el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos, cuyo presidente y CEO es Angel Carmona. Una data interesante es que el único antecedente escrito de Unitech S.A. en una licitación del Poder Judicial para la contratación de la Base de Datos Unificada del Fuero Laboral, el 12 de septiembre de 2008 y fue publicada en los avisos administrativos del Boletín Oficial.

A diferencia de ese contrato, no existe registro ni Acordada de la Corte de Justicia de ninguna especie en el Boletín Oficial desde esa fecha hasta el presente, en donde conste que se haya realizado una licitación en la que se haya elegido a Unitech S.A. para que desarrolle el proyecto del expediente de la felicidad. Tampoco se elaboró ningún parte de prensa, ni información alguna desde el Poder Judicial, que explique claramente de qué se tratan los anuncios, con qué guita se los va a costear y cómo se hará. Nada de nada. Entonces todo se vuelve más turbio, poco claro y confuso. 

Estamos hablando de la sustitución del expediente de papel que todo el mundo conoce, por un expediente digital, donde todos los datos serán cargados en un sistema, al que supuestamente tendrán acceso los abogados y el público en general que tenga algún litigio. Tampoco se explicó cómo será la cadena de custodia de esos datos, ni su protección en el sistema, lo que por cierto no es peligroso, sino peligrosísimo.

En síntesis, se anunció que ya existe un Data Center que costó varios millones y nadie sabe exactamente dónde está ni para que sirve. Según los entendidos es como la parte del motor de un auto. Es decir no sirve ni pa’ arrancar si no se le suman otras piezas para que en conjunto pueda instalarse el sistema informático completo. Los abogados sacan las cuentas: estamos en pandemia, con los tribunales a media máquina, y se anuncia con bombos y platillos que el expediente digital o de la felicidad funcionará a full a fin de año, y no cierra.Eso sí, nadie explicó todavía por dónde entró la guita que el Ministerio de Justicia a cargo del ex ministro Garabano giró; ni qué cantidad entró, ni qué montos se gastaron, ni porqué no se publicó en ningún lado que Unitech S.A. fue la empresa ganadora de la licitación; ni que hará concretamente Unitech S.A.; ni cómo se van a capacitar en informática en cuatro meses a los jueces, funcionarios ni a los empleados, ni dónde será el lugar elegido para albergar las máquinas. Todo es secreto. Tan pero tan secreto, que encualquier país normal la cuestión no solamente sería un escándalo, sino que ya se hubieran iniciado acciones penales y los responsables tendrían que haber dado explicaciones. Todo esto parece el juego del gran bonete: yo señor, no señor. Nadie sabe nada con el agravante de que hablamos de la justicia. Una joda.