Para algunos, Dios ama a todos, pero discrimina a quienes no lo idolatran.

Algunos alumnos de la Escuela de Educación Técnica 2, Alberto Einstein habrían sido discriminados: quienes asistieron a la misa de la Catedral recibieron un sándwich y gaseosa; para los ateos no hubo nada.

«Este hecho se hizo evidente cuando les dieron (a los que sí fueron) gaseosa con pebete, mientras que a los alumnos que no asistimos al evento religioso nos pidieron que nos retiremos al patio», le contó uno de los estudiantes a sus padres, que dieron a conocer la situación pero pidieron resguardar la identidad de su hijo por temor a represalias.
Es más, «uno de los profesores dejó en claro que las gaseosas y los pebetes eran solo para los que habían ido a la misa», aseguraron.
En su mensaje el chico, expresó: «Escribo esto no por los pebetes ni la gaseosa, sino por la actitud que tuvieron al separarnos entre quienes fueron y quienes no fueron a la iglesia. Este hecho marca una clara actitud de discriminación de parte del colegioque debería sembrar valores como la inclusión».
Lo más triste de todo esto es que los alumnos no deben ir a misas a la Catedral en horario escolar, según lo dispuso el Ministerio de Educación de Salta en junio del año pasado, tras el fallo de diciembre de 2017 de la Corte Suprema de Justicia a favor de la educación laica.
Entonces, la titular de la cartera educativa provincial, Analía Berruezo, había decidido que las visitas de los alumnos al santuario como parte de las celebraciones de la Fiesta del Milagro serían en contraturno y de carácter «voluntario y optativo».