Cualquier político con intenciones de ser candidato, que pretenda pronosticar cómo terminarán las cosas antes del 12 de Junio, corre riesgo de equivocarse y quedar fuera de competencia.

La precandidatura de Urtubey a Presidente parece ser la causa de todos los quiebres. Sáenz amaga con abandonar Cambiemos porque sospecha –como muchos- que la decadencia de Macri lo tira para abajo, y que su apoyo al actual gobernador en las PASO de Agosto le será compensado con apoyos indispensables en su intención de reemplazarlo. De allí que anunció hace un mes que apoyaría el postulante salteño de Alternativa Federal, mientras que Urtubey  también mencionó que cuenta con el apoyo de Sáenz y Romero.

Es Romero quien también comprometió apoyar a Urtubey en el marco de otros pactos que importaron comulgar en decisiones vinculadas con las sucesiones del Procurador General, un ministro de la Corte de Justicia y la presidencia de la Auditoría General. Además.

La tensión entre Sáenz y Romero va en suba. El martes el Intendente capitalino reunió a sus adherentes en su casa de San Lorenzo, y hasta mostró una oreja de lo que aparece como la probable fórmula al presentarse el diputado Baltasar Lara Gros al convite. El oranense pidió permiso antes de concurrir y se ve la línea de Urtubey en la jugada.

El miércoles a Romero se lo vio rodeado de legisladores e intendentes del Valle Calchaquí, en compañía del Jefe de Gabinete Fernando Yarade. La reunión se realizó en Cafayate y fue organizada por los operadores del Ministerio de Gobierno Miguel Calabró y el Gringo Mendaña.  Otra vez Urtubey, por medio de sus dependientes políticos mete mano en las estrategias que confrontan a quienes antes eran socios.

El nivel de desacuerdo generó una reunión para el viernes en el que Romero citó a Olmedo y a Sáenz para que definan sus apetencias y blanqueen sus alineamientos. De no darse la confluencia entre los tres en un mismo sector –que sería Cambiemos- Romero anticipa que será el próximo candidato a gobernador con acuerdo del oficialismo provincial y de intendentes.

Hay dos hechos relevantes que debilitan la pretensión de acompañar a Urtubey en la presidencia de manera exclusiva y en el frente electoral que diseña tras las sombras Rodolfo Urtubey. La primera es el repunte del presidente en las encuestas. La segunda, la salida de Sergio Massa de Alternativa Federal que deja en soledad a Urtubey como postulante al sillón de Rivadavia. Antes había enflaquecido el sector el anuncio de Roberto Lavagna que competirá por fuera. Está claro que la caída de Alternativa Federal obliga a Romero a repensar su originaria idea de ser el senador nacional de Urtubey en Salta y ahora busca en el polo opuesto su destino.

Alternativa Federal pierde sinergia por el exilio de los dos candidatos con mayor peso en votos. Además, el arrime de Masa al kirchnerismo potencia la polarización entre Macri y Cristina (y su candidato a presidente Alberto Fernández), con idéntico efecto al que provocó lo resuelto por la Convención Radical Nacional realizada en Parque Norte, y en donde se impusieron los que quieran más macrismo con alguna migaja de dignidad que podría traducirse en un candidato a vicepresidente o más gravitación en las decisiones políticas hasta ahora solitarias de Mauricio.

Así las cosas es que apareció el presidente en Salta el jueves y se reunió con todos los que pudo. Mientras Urtubey anunció que seguirá compitiendo en Alternativa Federal para desgastar al kirchnerismo con estrategia funcional a Macri, Sáenz también prometió apoyar a Cambiemos cuando las papas quemen, es decir en octubre y en el ballotage.

En otra reunión Miguel Nanni, Roberto Ulloa, Luis García Salado, Martín Grande, Martín de los Ríos, Gladys Moises y José Ibarra ratificaron la decisión de armar Cambiemos en Salta. Solamente Ibarra aseguró que buscará la banca del Congreso Nacional que hoy tiene Nanni y que lo hará con Juan Carlos Romero como candidato a senador nacional.

Al margen que los dirigentes del PRO y la UCR de Salta quieren afuera a Sáenz y a Romero, no se descuenta que al final los dos sean de la partida acompañando a Cambiemos en caso de que caiga el decreto anticolectoras que firmó Macri hace dos meses y del cual ya se arrepintió. De esta manera Romero podría llevar en su boleta de senador nacional a dos precandidatos a presidentes (Macri y Urtubey).

Los problemas de Cambiemos en Salta también se extienden al armado provincial de un frente en el que no se sabe si la UCR ingresará. Esto se decidirá el 8 de Junio en una Convención Provincial presidida por el Japonés Espeche en la que no se duda sobre al frente nacional pero hay reticentes a conformar una alianza con Gustavo Sáenz.

La única hipótesis que podría conducir a los correligionarios a integrar el frente con Sáenz tiene que ver con la PASO en la que participará Alfredo Olmedo contra el Intendente de la Ciudad de Salta. En este sector más antiperonista también se anota Martín Grande quien quiere ser intendente de la capital y que sostiene una bronca personal con el romerismo. Será por eso que luego de la reunión del miércoles en la que conformaron Cambiemos anunció a los medios que hay más de un candidato a senador nacional y buscó socavar la posibilidad de que ingrese Romero a este conglomerado.

En esta semana las cosas estarán definidas. El desconcierto y los vaivenes hablan de Sáenz debilitándose al romper con Romero y salir de Cambiemos; un Juan Carlos Romero que otra vez deberá jugar con la misma incertidumbre que hizo tambalear su senaduría en 2013¸ Olmedo dando una interna inesperada en la que podría quedar fuera del tablero y el callejón en el que ha entrado Urtubey en una Alternativa Federal casi diluida. Ni hablar de la encrucijada de la versátil Cristina Fiore que busca ser la segunda de Romero en caso de que se postule por el frente del oficialismo local (cosas vederes…); o de la bendición a Pablo Kosiner que ahora deberá competir en PASO para renovar su banca.

En cierto forma, y aunque se consideren hábiles prestidigitadores, los dirigentes más importantes de la provincia jugarán a TODO O NADA.