La policía necesitó refuerzos para suspender la festichola con 300 invitados.

En el mismo día en que Salta superó los mil casos por Coronavirus y que una enfermera de Tartagal subió un video llorando, pidiendo a las personas que se queden en sus casas, porque no daban más, un pastor le hizo una fiesta de 15 a su hija, con 300 invitados, justamente en el municipio más afectado por coronavirus de la provincia.
Cuando los primeros efectivos llegaron al salón, ni atención les prestaron: decidieron seguir bailando. Los pitufos se pusieron como locos: ni un vaso con agua les ofrecieron. Así que decidieron pedir refuerzos. Recién cuando los uniformes se multiplicaron y resultó obvio que los pitufos estaban invadiendo en salón, muchos de los asistentes al lugar se retiraron y los policías lograron detener a 19 personas por violar las normas sanitarias dispuestas por la pandemia.