Así lo denunció la jueza de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Verónica Gómez Naar Soler que renunció a su cargo de presidenta de la Asociación de Jueces del Poder Judicial. Manifestó que para la mente de algunos “la mujer sólo puede y debe ser propiedad de algún varón. No es mi caso”, dijo.
Fue la primera mujer en ocupar ese cargo pero tuvo que renunciar porque según denunció sintió el machismo corporativo que operó tras las sombras para desestabilizarla.
En la carta de su renuncia, la magistrada responsabilizó a asociados de «obstaculizar» su gestión y denunció ataques institucionales y contra su persona. En este sentido expuso que fue víctima de violencia de género.
«Hay un asociado fundador (quizás dos o tres) que quiere para la Asociación otros destinos, otros intereses y otros valores, y que desde el inicio ha obstaculizado permanentemente esta gestión, como muchos de ustedes saben, con toda clase de operaciones y maniobras, llegando al extremo de instar renuncias entre asociadas y asociados – que no fueron presentadas formalmente – simplemente con el único propósito de desestabilizarme en el cargo», explicó Gómez Naar Soler.
“Estas continuas y sucesivas embestidas, nunca de frente y siempre por detrás, conforman la figura de violencia institucional que nunca pensé que podría suceder en una asociación de jueces; como también debo decir que he sido víctima de violencia de género ya que los ataques se centraron luego en mi persona, apelando, entre otras cosas, a un vínculo conyugal extinguido hace 20 años. Pero claro, en esas mentes – propias de una cultura que atrasa y discrimina ferozmente a las mujeres, si no es, claro, para seducirlas y dominarlas – la mujer sólo puede y debe ser propiedad de algún varón. No es mi caso. Pero sí debo decir que fue de un varón colombiano de quien heredé mis principios, mi padre, quien dejó sellado en sus cinco hijos el valor de la ética, de la honestidad y de la honorabilidad” detalló en su carta.