Mientras las calles se inundan, Bettina Romero tiene otras prioridades

Bettina Romero tiene alma de decoradora de interiores, más que de intendenta. Y eso se nota porque no planifica la ciudad, no prioriza obras.

Esta semana decidió gastar -vaya a saber cuánta guita -en unos corazoncitos gitantes, que repartió en el paseo Güemes.

¿Las calles ya no se inundan? ¿Desaparecieron como por arte de magia los baches? No. ¿Entonces por qué tira la plata de los impuestos de los salteños en esa decoración?

Hay que añadir algo: como decoradora también apesta: esos corazones son mersas con ganas.