Conversamos con Mónica Morales, madre de Paola Álvarez. Habló sobre las tareas investigativas a dos meses de a desaparición y asegura que un tiempo antes de lo sucedido, Santiago Zambrani, el principal sospechoso, ya amenazaba a su hija. (Stephanie Tiemersma)
Paola Álvarez salió de su casa a trabajar el viernes 5 de mayo a las 16:30. Dijo que llegaría alrededor de las 21, pero jamás volvió. El sábado a la mañana Mónica Morales mandó un mensaje a Santiago Zambrani para preguntar el número telefónico del dueño de la casa donde Paola trabajaba ya que ella no respondía el celular. Zambrani le dijo que la joven no había ido y que se había quedado con él hasta la 5 am, horario en el que se fue ofendida por un chiste. Luego, en el transcurso de la mañana, mandó mensajes a Mónica preguntando por Paola. Eso hizo que ella sospechara. A la tarde lo denunció en la Comisaría de barrio Solidridad. Una vez terminado el día, Santiago mandó un audio diciéndole, para su sorpresa, que él salía con su hija hacía tres años y que dejara de denunciarlo porque no sabía nada.
Las amenazas
“Hace cuatro años y medio que ellos eran amigos. Y dos meses atrás él le dijo que estaba enamorado de ella. Paola respondió que no lo podía ver como otra cosa que no sea un amigo. Él (Santiago) le siguió insistiendo hasta que ella le dijo que se den un tiempo. Después empezaron las amenazas, le decía que se cuide, que sabía donde vivía, que conocía sus pasos”, nos comenta Mónica Morales. También nos dice que, dos semanas antes de su desaparición, Paola había vuelto a mantener contacto con Santiago. En ese momento él dijo que estaba muy confundido, que no la amaba y salía con otra chica.
La madre de Paola asegura que existen muchas pruebas en contra de Zambrani. Las cámaras de seguridad del lugar muestran cómo su hija entra pero no cómo salió de la casa del joven. “Santiago vive en un pasaje cerca de una avenida, mi hija sí o sí tenía que pasar por ahí para tomar el colectivo, un remis o caminar”, reflexiona Mónica. Por otro lado, en las pericias hechas al celular de Zambrani se encontraron búsquedas relacionadas al uso de cloroformo e historias de personas desaparecidas. “Yo creo que desde que Paola lo rechazó viene planeando esto”, nos comenta la mujer.
También resalta las contradicciones de Zambrani al momento de prestar declaración. El martes siguiente a la desaparición de Paola, el joven tenía que ir a declarar y no lo hizo, estuvo prófugo hasta el miércoles cuando su hermano lo llevó a la Fiscalía. También le llama la atención el posteo en Facebook realizado por Santiago el sábado a la noche. En él daba a entender que Paola estaba muerta: “Hoy es perdido a la persona q más ame en este mundo nose por qué ni como ahora todos me jusgan y me culpan ya mi vida no tiene sentido a todo esos. Hablan que me chupen el choto…. Encontraré haya arriba y por fin podré estar a tu lado sin importar lo que los otros piensen u opinen…. voy en tu búsqueda Paola Mariana alvarez….!!!! Me enseñaste todo y fui feliz gracias a vos….!!!!” (sic), posteó Zambrani.
La búsqueda por GPS
Durante el sábado la hermana de Mónica se comunicó con un amigo -que tiene conocimientos en búsqueda de personas-y le recomendó el uso de un GPS. Se dirigieron a al destacamento policial de Barrio Democracia, donde los uniformados se disculparon argumentando que para efectuar tal búsqueda se necesitaba un permiso y además debían tener la orden del fiscal.
Ante la negativa policial, Mónica y su hermana decidieron dar el número de celular de Paola al amigo que les recomendó el uso del GPS. La búsqueda realizada indicó que el teléfono móvil estaba en casa de Zambrani como lo estuvo durante todo el sábado. Según el fiscal esto no era prueba suficiente para allanar la casa pero, de todos modos, el sábado fueron a preguntar si Paola se encontraba allí a lo que les respondieron que no. El domingo, el GPS empezó a marcar la ruta 26 y de ahí desapareció del mapa.
“Yo estoy conforme con el fiscal Ramos Ossorio, porque luego fuimos a la ruta 26 y la buscamos con canes, con drones, pero no encontramos nada. Los perros también revisaron la Amarok blanca de Santiago y encontraron rastro de él, de la madre y de Paola. Yo se que este chico y sus padres saben dónde está Pao, pero no quieren hablar. La madre es la más involucrada”, nos informa Morales y también comenta que están esperando los resultados de las pericias que mandaron a Buenos Aires. “Me dolió mucho que mi abogada me diga que la hipótesis más fuerte es la del femicidio, pero los perros no encontraron nada así que yo todavía tengo la esperanza de que mi hija este viva” dice la mujer a Cuarto Poder.
Respecto a la marcha del miércoles realizada desde Palermo I, en Grand Bourg, hasta la plaza 9 de Julio, Mónica Morales nos cuenta que ya es la novena marcha que se hace por su hija y que no se va a detener hasta que se esclarezca el caso. Ella también acompaña todos los viernes a los Familiares Contra la Impunidad y afirma que entiende su dolor, que a ella le tocó que su hija desaparezca pero que le puede pasar a cualquiera y que hay que solidarizarse. “No quiero que esto quede impune. La verdad que no desearía ver a Santiago otra vez en la calle y que le haga daño a otra familia, como lo hizo con nosotros. Capaz ahora con estas marchas el Gobernador y todas las autoridades hagan más. Las movilizaciones siempre aportan. A Paola le quiero decir que la espero todos los días” dice Morales.