Un paciente de la clínica privada relató a este medio la desagradable experiencia que le tocó vivir. Salud en clave de negocio y trato humano en tiempos de autoritarismo flagrante.
Los aires de despotismo político y simbólico se expanden en el seno de las instituciones y los abusos de autoridad se convierten en prácticas cada vez más normalizadas. En el IMAC (Instituto Médico de Alta Complejidad) parecen haber adoptado el manual de estilo del mileísmo gobernante y se lo hicieron saber a más de un salteño este martes.
Un familiar de un paciente internado en la clínica privada relató a este medio el desagradable momento que vivió esta mañana cuando se acercó al edificio ubicado en calle Gral. Güemes. Según relató, debía presentar una documentación que le habían solicitado para la internación de su padre, pero el personal de seguridad no le permitió el ingreso. Al consultar si podía aguardar en sala de espera, también se lo negaron, quedando junto a otras personas en la puerta de la institución.
Los infortunados pacientes no solo tuvieron que soportar la espera en el piso del ingreso, ya que el lugar no cuenta siquiera con asientos, sino también la prepotencia del personal de seguridad, perteneciente a la empresa CRIPTO.
Ante el descontento de los presentes, que registraron la situación con sus teléfonos celulares, una de las encargadas de restringir el ingreso amenazó con llamar a la policía y denunciarlos.
Cabe preguntarse qué está pasando con la salud privada en Salta. Si algo queda claro es que dónde predomina la lógica del negocio, se imponen las prácticas de los patrones.