Florencio Randazzo encabezó en Bolivar un acto con un tono justicialista moderado. Su blanco principal fue el Gobierno, pero también se despegó de Cristina Kirchner y de Massa.
A poco más de 200 kilómetros de su Chivilcoy natal, abrió su campaña con un acto y un discurso de fuerte sello peronista, con Mauricio Macri como claro antagonista, pero también con dardos a Cristina Kirchner y Sergio Massa. «Nos revelamos contra los jefes, la soberbia y el oportunismo», dijo en una elíptica referencia a sus rivales.
En el Estadio República de Venezuela, cuna del vóley en esta ciudad (que Marcelo Tinelli ayudó a promover) , había unas 1500 personas. «Esta es una fiesta, compañeros», arrancó un Randazzo eufórico, vestido de traje oscuro y camisa blanca sin corbata. En línea con su eslogan de campaña, comenzó por destacar «el valor de la palabra» y resaltó que Cumplir, su espacio, «nació de las convicciones».
Con un acto en 360 grados, sobre un cuadrilátero blanco elevado y el micrófono pegado a la mejilla, Randazzo buscó mostrarse como un peronista aggiornado. «Venimos del peronismo que no sólo canta la marcha, sino que actualiza sus ideas, que se compromete a no mentir a cumplir con la palabra», exclamó mientras las banderas de los gremios flameaban a su alrededor.
El ex ministro, su compañera de fórmula, Florencia Casamiquela, y el primer precandidato a diputado, el intendente local, Eduardo «Bali» Bucca, entraron cuando el estadio estaba colmado, en medio de clamor de los bombos. Sonaba «Money for nothing», de Dire Straits.
Randazzo no tardó en dejar claro que su proyecto va más allá de las elecciones legislativas. «No nos conformamos con ser oposición seria y amplia. Queremos ser gobierno en 2019», admitió a los gritos. «Se siente, se siente. Randazzo presidente», le devolvió la tribuna. Enseguida, arremetió contra todos sus adversarios en una sola frase. «Nos rebelan los jefes, la obsecuencia y la soberbia. Pero sobre todo nos rebela este gobierno insensible», enumeró.
Siguió con críticas directas a Macri. Lo acusó de encabezar un gobierno «insensible, de ricos para ricos, que no comprende la importancia del Estado». Sumó la coyuntura con una alusión indirecta a la represión en Pepsico. «Creen que la política de empleo se defiende a los garrotes con la policía», bramó. Hacia el final, volvió a dirigirse a Macri. «Señor Presidente», encabezó cada una de las frases siguientes. «Termine con el timbreo. Reúnase con los vecinos sin cámaras y ahí le van a contar que tienen miedo a perder el trabajo, que sufren porque no les alcanza la plata y que le tienen miedo a la inseguridad», afirmó.
Desde las tribunas sonaron «clásicos» de la era kirchnerista como el himno de «la gloriosa Juventud Peronista» y hasta algún estribillo dedicado a «bancar el proyecto popular». Resabios de otra época. También se cantó, varias veces y con bombos de base, la marcha peronista.
Los gremios y el Movimiento Evita aportaron la militancia. Llegaron columnas de la UOM, la Unión Ferroviaria y la Uocra de La Matanza, a cargo de Heraldo Cayuqueo, uno de los candidatos gremiales de Cumplir. También llegaron desde ciudades cercanas como 25 de Mayo, Olavarría, Azul y Saladillo, y de Chivilcoy, claro. Desde el conurbano movilizaron el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis y el ex intendente de Quilmes y segundo de la UOM, Francisco «Barba» Gutiérrez.
Fuente: La Nación